48. Segunda prueba

2.6K 291 43
                                    


Madame Pince no pudo soportarlos más y les ordenó desalojar.

Todos salieron y corrieron hacia el aula privada de Harry, allí podrían hablar sin interrupciones.

- Explícalo Neville – pidió Harry en cuanto entraron y cerraron la puerta.

- El profesor Moody me dio este libro a principio de año, cuando me pidió que tomáramos té. Lo he estado leyendo, no creí que realmente podría ser tan valioso – explico – estoy tan feliz de poder ayudarte.

- Oh Neville – Greg se apresuró y abrazarlo con fuerza – eres un chico tan listo.

Lo hizo girar por el aula en el abrazo mientras todos los demás reían, solo cuando lo libero el resto felicito a Neville.

Este estaba tan feliz, no se había sentido tan útil en toda su vida, realmente pudo ayudar mucho a Harry.

- Me alegra poder hacer algo por ti – una lagrima se le escapo.

- Cielo Neville – Harry le dio un golpe en la frente con dos dedos – necesitamos trabajar en tu autoestima, aun no has entendido que somos amigos, no necesito que seas de mucha ayuda en todos los problemas que me meto, solo te necesito a mi lado – miro al resto – como a todos ustedes, estaría muerto sin ustedes.

Todos se sonrojaron y golpearon a Harry.

- No nos pongamos cursis – se quejó Ron – tu eres el que más nos ayuda a nosotros.

Greg y Vins estuvieron de acuerdo, sin Harry habrían suspendido varias de sus materias. Draco solo pudo mirar al sonrojado Harry que no dejaba de reír con el resto de sus amigos mientras lo molestaban.

Porque no podía ser así siempre, sería tan feliz si Harry siempre fuera feliz, como ahora.

Se unió a sus amigos para molestar a este sonriente Harry antes de que comenzaran a tomar decisiones.

Debían prepararse para la segunda prueba.

Dividieron las tareas por ahora, Harry ya les había dicho a sus amigos que no era su intención ganar, entonces solo debían conseguir las branquialgas.

Mientras el tiempo pasaba volvieron a tener clase de Cuidado de Criaturas Mágicas con Hagrid, tratando de probarse a sí mismo que era un buen profesor, continuo con la lección de los unicornios.

Algo realmente agradable pues pudo conseguir unos más jóvenes, eran de un color rosa pálido y permitió que los chicos también los tocaran.

Casi todos los alumnos lo recibieron con enormes sonrisas y palabras reconfortantes, fue bueno, pues aunque Harry y sus amigos lo habían aceptado aun temía la aceptación del resto de las personas.

Teniendo solucionado, más o menos, lo de Hagrid; Harry y el resto se concentraron en las branquialgas

Conseguirlas resulto ser un trabajo más difícil de lo esperado, como crecían en las aguas más profundas, recolectarlas no era sencillo, que la consiguiera un alumno; demasiado difícil.

A solo un par de días de la prueba final los seis comenzaron a entrar en pánico.

- Como es posible que no la encontremos – suspiraba Neville con un aire abatido.

Todos comenzaban a entrar en pánico y Harry estaba por comenzar a buscar otra posible solución. Debía haber otras maneras de permanecer en el agua una hora.

Mientras esos pensamientos desalentadores invadían su mente una pequeña mano tiro de su túnica.

- Harry Potter, señor – lo llano la voz de Dobby.

PadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora