Padre

40. Severus

R +18 (hasta la mitad, si no es de tu agrado sáltate medio capitulo)

...

La luz que se colaba por la ventana despertó a Severus, sus ideas estaban nubladas mientras intentaba estirarse para salir de la cama.

Por alguna razón se sentía hambriento y sediento, su mente pensaba en buscar un poco de agua, pero no pudo moverse, no sabía por qué, pero tenía algo tibio y firme entre sus brazos.

Abrió lentamente los ojos encontrándose con una mata desordenada de cabello negro. Mientras lo miraba los recuerdos del día pasado comenzaron a levantarse dentro de su mente.

Por la luz que se colaba por la ventana, podía asumir que serían las siete de la mañana, su última ronda con Sirius debió ser alrededor de las cuatro.

Habían pasado la mitad de la tarde follando, y cuando se sentían algo cansados se abrazaban y besaban hasta que sus ánimos volvían a la carga.

Probaron todas las posiciones que se les ocurrieron, Sirius recorrió con la lengua cada centímetro de su cuerpo, desde la cabeza hasta los pies, era de madrugada cuando se metieron a la ducha, tal vez con la idea de lavarse y dormir, pero teniendo a Sirius mojado y desnudo Severus no se resistió a jabonarlo, recorría el cuerpo tonificado con sumo interés, finalmente no pudo resistirse a una idea que había tenido desde hace un par de horas, se arrodillo frente a Sirius y tomo su pene, medio erecto, en su boca.

Estando en la ducha, con Sirius jadeando ante sus atenciones, aprovecho lo vulnerable que estaba para embadurnar sus dedos con saliva e introducir uno en las calientes profundidades de Sirius.

Obvio que el chucho no lo paso por alto, pero Severus era hábil, presiono la próstata en cuanto su dedo se introdujo, la protesta y enfado de Sirius se transformó en un gemido de sorpresa.

Severus sonrió con la polla de Sirius aun en la boca y presiono ese punto varias veces.

- ¿te gusta? – pregunto Severus, liberando el pene de los labios y lamiendo la punta.

Sirius lo miro enfadado y por lo que Severus percibió, estuvo a nada de reclamar, pero Severus presiono una vez más el punto que derretía a Sirius, impidiendo la queja.

- ¿no lo quieres? – introdujo un segundo dedo y presiono con más urgencia aquel lugar.

No tuvo una respuesta por varios segundos; Sirius tenía los ojos fuertemente cerrados y parecía concentrado en las lamidas que daba en la punta de su polla mientras sus dedos presionaban hábilmente el punto más dulce dentro de su cuerpo, parecía prepararse para su siguiente orgasmo. Saco los dedos antes de que lo alcanzara. Interrumpiendo el placer de su compañero.

Sirius lo volvió a mirar enfadado.

- Creí que no lo querías – se burló encogiéndose de hombros.

La mirada enfadada de Sirius no se disipo. Lo miro con más enojo si era posible. Gruño algo entre dientes, que Severus si escucho, pero no lo se lo dejaría tan fácil.

- No entendí eso – negó con la cabeza – ¿qué tienes cuatro años Black?, no hables entre dientes

- Por Dios, eres insufrible – se quejó.

- ¿eso es lo que gruñías? – en ese momento aún estaba de rodillas, por lo que se incorporó y cerro el grifo de la ducha – entiendo... será mejor ir a dormir.