74. Los Gaunt

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Sirius pasó con Severus las vacaciones, no todas, pues Severus pasaba algunos días en el colegio ayudando a Dumbledore con una gran variedad de asuntos.

Tras la batalla en el ministerio, Dumbledore y Severus rebelaron la relación que compartían Harry y Severus durante los pasados años, pero solo se lo dijeron a quienes fueron más cercanos a Harry, en este caso, todos los Weasley, la profesora Mcgonagall, Kingsley, Tonks y Moody.

La nueva información les hizo entender a todos porque es que Harry siempre resulto ser tan sobresaliente, Severus había sido uno de los mejores alumnos de su generación, ¿Cómo Harry no iba a ser tan maduro e inteligente a una edad tan temprana?.

Durante las vacaciones varios miembros de la orden pasaron varios días en Grimmauld place, eso alivio en gran medida el sentimiento de soledad que ahora lo torturaba.

Su relación con Severus se había vuelto en general inestable. Pasaban tiempo juntos, y hablaban sobre la orden e hijo de puta que les había arrebatado su felicidad, así como de las muchas maneras en las que planeaban torturarlo en cuanto lo capturaran.

Pero apenas tenían contacto físico y su apego emocional estaba estancado. El último par de años; que habían pasado haciéndolo como adolecentes; parecía haber terminado, creyó que terminaría en unos pocos meses tras comenzar su relación, pero no fue así.

Severus solía escapar del colegio durante el torneo de los tres magos, lo hizo todo el curso escolar y se encontraban desenfrenados en la cabaña y durante la estancia de Umbridge en el colegio, aun bajo toda la vigilancia, Severus se colaba en la oficina de Dumbledore (el viejo director sabia sobre ello, pero jamás lo comento) y como esa chimenea tampoco tenía restricciones se encontraban en la destartalada casa de Grimmauld place.

Severus siempre parecía hambriento, y Sirius estaba encantado de dejarse devorar o devorarlo.

Pero en el momento en que Harry los dejo, eso se acabó. Severus recupero esa aura siniestra y desagradable que tuvo en sus años jóvenes, afortunadamente no regreso al habito de tratarlo mal e insultarlo. Aunque ahora parecía que no había ninguna cosa en el mundo que pudiera hacerlo feliz.

En este corto tiempo Sirius hablo con Molly Weasley y Arthur Weasley, habían sido personas cercanas a Harry y eran de los miembros de la orden con un aire muy paternal, compartió con ellos el problema psicológico que lo agobiaba y Molly, como toda madre amorosa, lo invitaba a cenar a la casa Weasley cada noche, si era posible.

Arthur trataba de animarlo a hablar sobre su pasado. Sirius, a pesar de su amistad con Remus y su noviazgo con Severus, no se sentía cómodo hablando de sus problemas, ellos lo conocieron siendo alguien confiado y fuerte, pero Arthur, era un hombre amable y divertido que no lo juzgaba y en vez de darle consejos solo trataba de escucharlo y en algunas ocasiones recordarle que no importaba cuando se lamentara, no había nada que pudiera cambiar, pero podía seguir adelante y procurar no tener más arrepentimientos.

Esto lo ayudo mucho en cuanto a su problema psicológico, y era lo que lo estaba sosteniendo ahora que las clases habían comenzado y las oportunidades de reunirse con Severus eran tan escasas, de hecho, no lo había visto o se había comunicado con él en más de un mes.

En lo posible procuraba no beber ninguna clase de alcohol, eso solo lograba alterarlo, y no pudo evitar volver a su mal habito de insultar a Kreacher, ese estúpido elfo, debió ser más claro con Harry...

A pesar de esos pensamientos y aun sabiendo que no era culpa del viejo elfo, su lado culpable y dolorido solo podía echarle la culpa.

Lo bueno era que con la presencia de Narcisa en la casa, Kreacher había vuelto a cumplir una gran variedad de sus antiguas funciones, la casa se encontraba mucho más limpia por orden de Narcisa, y las comidas (si las preparaba Kreacher) tenían sabores más aceptables que las extrañas pastas oscuras que trataba de obligarlo a comer antes.

PadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora