45. Elfos domésticos

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La visión y en general toda la mente de Harry volvió de vuelta al estadio. Finalmente escucho los rugidos de la multitud y a Bagman que comentaba:

- Vieron que forma de volar... el poder de esos hechizos; sin duda vemos a una futura estrella de quidditch – la multitud no dejaba de aplaudir a cada palabra – ya puedo ver a Inglaterra ganando el mundial de quidditch en algunos años.

Entre todos los vitoreos, Harry vio a varios magos entrar al estadio, entre todos arrojaron varios hechizos al dragón y finalmente lo redujeron, el colacuerno quedo noqueado.

Harry comenzó a descender en la escoba, en cuanto toco el suelo las piernas comenzaron a temblarle como gelatina, no sabía si podría sostenerse, la adrenalina aun rugía por sus venas, pero las piernas habían estado tan tensas, sosteniéndose de la escoba, que ahora las sentía flojas.

Por fortuna antes de que cayera unos fuertes brazos los sostuvieron.

- Bien hecho Harry – una voz familiar solo a su lado y Harry vio una mata de pelo pelirrojo.

Estuvo confundido un momento.

- ¿Charley? – hablo tembloroso.

- ¿Quién si no? – tenía una enorme sonrisa en la cara y lo miraba con admiración – no sabes lo orgulloso que me siento, protegiste los huevos, aunque casi te cuesta la vida.

Harry forzó una sonrisa, algún día tenía que dejar ir ese mal habido de ponerse en peligro por proteger a los demás.

- Fue una estupidez – aseguro permitiendo que su peso cayera sobre Charley.

- Una vida – susurro Charley – así sea de un humano o una criatura, es increíblemente valiosa, Harry, eres un buen chico.

Harry no pudo responder, Madame Pomfrey apareció a su lado para llevarlo a la enfermería.

- Lo lograste Harry – la voz de Hagrid venia de un costado – no puedo creerlo, lo lograste...

- Gracias por la fe – se burló Harry al escuchar las palabras de Hagrid – "no lo puedo creer" – lo imito – que mal amigo.

Hagrid lo miro avergonzado, había querido decir algo más, pero Harry hizo un gesto con la mano restándole importancia.

Mientras Madame Pomfrey le curo las ligeras quemaduras que tenía y le ordeno sentarse y no levantarse, su puntaje aún no había sido anunciado, podía esperar.

Mientras, fue a revisar una vez más a Diggory, el chico tenía un aspecto fatal, como si lo hubiera atropellado una manada de centauros.

Harry no objeto la decisión de madame Pomfrey, quería descansar.

Mientras esperaba sentado, varios entraron a la tienda. El primero fue Draco, que se apresuró al lado de Harry. Lo abrazo para posterior darle un golpe en la cabeza.

- Conque dragón ah – lo miro enfadado – lo sabias y no lo dijiste.

- Y echarte a perder la sorpresa – Harry no estaba enfadado por el golpe, ya se lo esperaba.

- Eso fue genial Harry – Neville estaba tras Draco con una sonrisa radiante – tu eres realmente genial.

Harry no pudo responder al cumplido de su amigo, vio detrás de Neville a Ron, Vins y Greg, parecían deprimidos y avergonzados.

No había palabras para que Harry comprendiera su arrepentimiento, el tiempo había pasado y podía entender su actuar, no estaba enfadado con ellos, tampoco quería una disculpa, lo que paso era solo un pleito infantil.

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