17. La cámara secreta

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Harry corrió al despacho de Dumbledore con todas sus fuerzas.

Los acontecimiento siguientes fueron devastadores, su profesor quedo en la enfermería junto al resto de atacados, ya ningún alumno dudaba de su culpabilidad, todos estaban convencidos de que se había revelado como el heredero de Slytherin; las clases de pociones se suspendieron y el colegio quedo en un toque de queda reforzado y permanente.

Ningún alumno podía salir de su sala común sin un prefecto y ninguno podía dirigirse a otra clase sin la compañía de un profesor.

Harry no pudo soportarlo más, tomo su capa de invisibilidad decidido a ir a hablar con Hagrid, sabía que no había sido él, la criatura que vio en la visión que le mostro Riddle no era lo que estaba causando esto.

Pero tal vez Hagrid tuviera alguna idea de donde se encontraba la cámara de los secretos, en ese momento Harry sentía tanta rabia que solo deseaba acabar de una vez con esa criatura pasara lo que pasara.

Nadie en este mundo debía lastimar a las personas que él quería.

Antes de salir del dormitorio claro que fue interceptado por Draco, en el colegio solo habían 7 personas que aun creían en su inocencia. Ron, Neville, Fred, George, Draco, Hagrid y Dumbledore.

Dumbledore sabia sobre la relación que tenía con su profesor, era su padre, Harry sabía que su profesor odiaba que lo llamara de esa manera, pero para Harry lo era.

Draco no conocía la profundidad de esa relación y claro que veía el comportamiento desagradable que tenía su profesor con él durante sus clases, pero quien engañaría a Draco, como ya era costumbre había visto a través de él y sabía que entre él y su profesor de pociones existía algo desconocido.

- Voy contigo – no lo preguntaba lo afirmaba

- ¿sabes lo que hare? – pregunto confundido.

- Para nada, pero no te dejaría ir solo a ningún lado – sostuvo su mano con cariño y le ofreció una sonrisa reconfortante.

Harry se terminó de armar de valor en ese momento y salió con Draco cubiertos por la capa de invisibilidad.

Hagrid los recibió en la casa con una ballesta en mano, cuando noto a Harry y Draco se desconcertó.

Harry comprendía que ni Draco ni Hagrid tenían ninguna clase de amistad, pero Hagrid los apresuro a entrar. Estaba tan nervioso que cometió varios errores mientras les servía té.

- Supe lo de Snape – señalo Hagrid

Harry se mordió el labio inferior tratando de no llorar, se había pasado el día anterior llorando escondido, no podía hacer otra cosa.

Antes de que Harry dijera una palabra alguien llamo a la puerta, tanto Draco como él tomaron la capa a toda prisa y se escondieron en un rincón alejado de la casa.

Hagrid espero a que se acomodaran y volvió a tomar la ballesta.

El ánimo se tensó cuando el ministro de magia ingreso en la casa, detrás venia Dumbledore. Acusaron a Hagrid por los ataques. Dumbledore le dio todo su apoyo a Hagrid pero el ministro insistió en que por los antecedentes debía llevarlo si o si a Azkaban, en cuanto se probara su inocencia seria liberado.

Para espanto de ambos se escuchó una voz demasiado familiar provenir desde la puerta, Harry sintió como Draco a su lado se tensaba al ver a Lucius Malfoy entrar a la pequeña cabaña.

Llevaba una carta donde destituían a Dumbledore de su puesto e insistía en que se arrestara a Hagrid.

Ambos chicos vieron esta escena con pánico, sin Dumbledore allí los ataques no harían más que incrementarse. Lo que sea que atacara parecía tener especial cuidado en no acercarse al director o profesores, la razón por la que su profesor fue atacado fue por defenderlo.

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