20. Tía Marge

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Lo primero que hizo Harry al comenzar sus vacaciones fueron sus deberes, saco libro tras libro y en algunos casos pidió ayuda a su padre, en menos de una semana ya tenía todo hecho.

Los deberes le resultaban interesantes pero no le entusiasmaba alargar demasiado sus redacciones, claro que tenía un número determinado de pergaminos que entregar, y los llenaba con la información que le parecía conveniente; un exceso de trabajo con detalles poco relevantes no le gustaba.

Como se había esperado, su profesor lo tuvo castigado, debía realizar las labores domésticas (sin magia) todos los días. Siendo su padre un adorador del orden y la limpieza todo debía estar correctamente colocado y no debía quedar suciedad dentro de la casa.

También tuvo que ayudarle con sus labores de jardinería, para su buena suerte en su jardín no se juntaban gnomos, solo debía ocuparse de las hierbas y regar plantas.

Si terminaba sus labores era libre de hacer lo que le placiera, como siempre ocupaba su tiempo ejercitando sus habilidades en la escoba o leyendo.

Por la cancelación de los exámenes las clases habían terminado la última semana de mayo, no pudo pasar el cumpleaños de Draco en el castillo, tuvo que pedirle a su padre ayuda para elegir un regalo y enviarlo.

Después de haber sido descubiertos durmiendo abrazados, cada que su padre mencionaba el nombre de Draco podía sentir con claridad como su rostro se coloreaba de un acalorado rojo.

La sonrisa burlona de su padre no desapareció en ningún momento mientras elegían un regalo en una revista deportiva, opto por comprar un juego para el mantenimiento de escobas, ahora ambos eran jugadores de quidditch de la casa de Slytherin, le seria de utilidad.

Pensando en el desagrado que le supondría a Draco recibir su regalo frente a sus padres opto por mandarlo durante la madrugada, unas horas después le llego la respuesta de Draco. Una nota realmente muy él.

"que poco original. DM"

Harry no se lo tomo a mal, era algo que esperaba. Draco solía ser de aquella manera, parecía un reflejo suyo responder cualquier muestra de cariño con sarcasmo, un particular sistema de autoprotección.

...

Ya había decidido tomar Cuidado de Criaturas Mágicas el siguiente curso, le resultaba emocionante, leyó a conciencia el libro que su profesor le había regalado la navidad de hace dos años y reviso en muchos otros libros sobre la manera correcta en la que tratar a criaturas mágicas.

En general prefería revisar solo los libros del señor Scamander, en sus libros se hablaba de cómo controlar y criar a criaturas sin importar lo difíciles que fuera, el resto de los autores se centraban más en su exterminio.

No es que considerara criar basiliscos o acromantulas, pero saber cómo controlarlas era mejor que saber cómo simplemente matarlas.

Pensaba preguntar a Hagrid sobre esta materia, siendo guarda bosques y habiendo educado a algunas de las criaturas más feroces que Harry había visto, tendría algunas ideas.

También reviso los libros de artimancia y runas antiguas. Ambas las tomaría junto a Draco y sin duda no deseaba quedarse atrás en ellas.

Sin ningún otro deber que hacer, el tiempo comenzó a pasar realmente pausado, los días de vacaciones siempre eran los mejores.

Podía pasar todas las horas del día con su padre, leer lo que quisiera, volar (claro que no muy alto para no salirse de las barreras que cubrían la casa) y si en algún tema tenía dudas su padre siempre sabría responderle.

PadreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora