TOUCH

Capítulo 41

¿Qué estaba pasando con John?

El chico sereno capaz de mantener en secreto nuestra especial humanidad estaba fuera de sí.

Parecía no estar pensando en las consecuencias de las decisiones que estaba tomando, y me estaba arrastrando con él al abismo.

— ¡Oye John! ¡La chica tiene más agallas que tú! —Le gritó jocoso uno de los hombres y todos comenzaron a reír— ¡Vamos chico, ella estará bien, aún no recibimos nuestra paga así que no tienes que preocuparte por protegerla, nosotros lo haremos!

Ya lo había dicho yo, nada sería gratis.

Después de trazar un par de estrategias, el plan estaba listo. Todos comenzaron a subir a camionetas con vidrios polarizados. John y yo subimos a la camioneta de Kyle, que ocupó los asientos delanteros con su padre.

Sentía un sabor a amargo en mi boca, el corazón me saltaba de forma descontrolada y mi cuerpo temblaba, un temblor sutil pero allí estaba, al menos mi don se había mantenido oculto.

— Lys, vas a apegarte al plan y si algo no va bien...

— ¡Hermano ya cállate! Vas a asustarla ¿No ves lo corajuda que es? Ella y Lena estarán bien. Puedo asegurártelo.

Al cabo de unos minutos, Kyle detuvo el carro en una intersección. El lugar de encuentro estaba cerca y debíamos separarnos. John y su padre bajaron.

— Alysha pásate para el frente.

Yo no llegaría sola. Lionel, como se llamaba el tipo que me había llamado y que según el papá de John era el más peligroso que conocía, después de él, estaría esperando que John no me dejara sola pero lo que él no esperaba es que no sería John quien llegaría conmigo sino Kyle.

John se había negado al principio pero después se resignó a que era el mejor plan. Los hombres de Jonatán limpiarían la zona de guardias para nuestro escape.

—Te amo —John susurró cerca de mi boca y me besó, cada beso que nos habíamos dado desde que nos conocimos era diferente y mejor que el anterior.

—Yo te amo más —susurré también luego de besarlo.

Dejamos a John y su padre y seguimos el camino sin asfalto. Trataba de respirar con normalidad pero sentía que habían atado mis pulmones haciendo doler mi pecho.

Necesitaba distraerme con algo o enloquecería.

—¿Puedo hacerte una pregunta? — Kyle se extrañó de que le hablara, tal vez porque era evidente mi odio hacia él y frunció el ceño confundido asintiendo— ¿Amas a Lena, cierto?

— ¿Se nota? —Sonrió con ternura y noté que le dolía que ella estuviera en manos de Lionel. Su sonrisa se parecía a la de John, torcida de lado pero no era tan espléndida como cuando John me sonreía. El corazón me dio un brinco amenazando con traicionarme y dejar de funcionar.

— Me he vuelto bastante observadora. Veo lo preocupado que estás y no es por mí, obviamente.

Me miró un segundo y volvió a fijar su vista al frente.

— Al principio solo salía con ella por diversión, pero ella es... ella, y me enamoré —Kyle fue amable—. Lena no quiere nada serio con nadie así que solo le he seguido el juego. Tú y mi hermano en cambio están muy enamorados, jamás vi a John darnos la espalda, ni siquiera cuando mamá murió.

Desvié mi mirada hacia una entrada electrificada que apareció en frente de nosotros, parecía uno de esos campos de concentración que mostraban en las películas. Un par de hombres nos apuntaron con sus fusiles.

— ¡Bajen de la camioneta con las manos arriba! —levanté instintivamente las manos como nos dijo.

Antes de bajar, Kyle me dijo que confiara en él y me mantuviera tranquila; yo no pensaba que eso fuera posible. El tipo habló por un radio intercomunicador y se me acercó, Kyle se interpuso quedando frente a él a su misma altura.

— Te dijeron que vinieras sola —el tipo escupió las palabras sin observarme, tenía la vista fija en Kyle.

— No se conducir y soy mala con las direcciones —Respondí haciendo una mueca, quería que creyera que era una tonta chica consentida.

El tipo se alejó unos pasos y volvió a hablar por el radio, después hizo unas señas y las puertas enrejadas se abrieron.

—Síganme —ordenó.

Caminé al lado de Kyle siguiendo al tipo, pasamos por varias construcciones de una sola planta y con puertas enormes. Daba igual lo que fueran, cada tantos metros había un guardia armado.

Llegamos a lo que parecía un depósito como de unos cuatro metros de altura, atravesamos la entrada y dos hombres armados nos cerraron el paso.

— ¿Vienes armado? —preguntaron a Kyle.

— Siempre —Contestó él sonriente. Lo revisaron de pies a cabeza quitándole el arma que tenía en su espalda baja, en la pretina del pantalón. Un hombre alto y corpulento se acercó a nosotros, su mirada se clavó en mí y me inspeccionó.

— ¿Dónde está John? —reconocí la voz, esta era la persona con quien había hablado en la llamada telefónica, Lionel.

— Noqueado y amarrado —contestó Kyle— ¿Pensabas que la dejaría venir así como así? ¿Dónde está Helena?.

Lionel señaló hacia el fondo del depósito, Lena estaba atada a una silla y su boca cubierta con una gruesa cinta adhesiva, Kyle se separó de mí y fue hasta donde ella, lo vi quitarle la cinta y estaba desatándola.

— Déjalos ir. Ya me tienes, ese era el trato —hablé.

— Primero tendrás que hacer tu magia, hermosa.

— No me llames así —algo dentro de mi pecho se fastidiaba con esa palabra como si le perteneciera a alguien más pronuncirla para mi— ¿Quieres ver mi "magia"? ok, te la mostraré —me acerqué hasta quedar a centímetros de él.

— No aquí — advirtió.

Eso no estaba contemplado en el plan.

— ¿Qué quieres decir? —pregunté confundida.

— ¿En serio pensaste que sería tan fácil? —Se alejó unos pasos en dirección a la puerta y marcó un número en su celular— ¿lo encontraron?... Me lo imaginé.

Volvió su mirada hacia mí, le hizo señas a uno de los guardias y éste le dio el arma que le había quitado a Kyle, quien había llegado a mi lado abrazando a Helena.

— Para ser la novia de un Jagger eres muy mala cuidándote las espaldas. Sólo lo preguntaré una vez más ¿Dónde está John? —Me apuntó y dejé de respirar. Miré a Kyle, algo malo iba a pasar—Te voy a dar hasta tres, hermosa.

»  Uno... dos... —Cerré mis ojos y escuché un disparo.