¿Qué tienen esos ojos?
Había soñado con unos ojos de un brillo extraordinario, lo recuerdo vagamente.
No pueden ser los mismos.
Este chico...
No parece conocerme. Debe ser una casualidad o estoy tan vulnerable por todo lo que ha pasado que necesito aferrarme a algo.O a alguien.
Mamá había mencionado a alguien que acompaña a mi padre, ahora no recuerdo su nombre, como no recuerdo con quién soñaba.
Aún así, algo dentro de mi pecho o en el fondo de mi cerebro reconoce ese brillo y se siente familiarizado con él.
El desconocido tiene el cabello castaño, cejas arqueadas y los vellos de su barba en crecimiento.
Pero lo que roba mi atención es el color de sus ojos...Al notar mi inspección sonríe y todo vestigio de preocupación desaparece de su rostro.
— ¡Vaya susto el que me has dado! no puedes ni sostenerte en pie.
Abruptamente aumenta en mis oídos el sonido de las bocinas y de la arenga de insultos que la gente nos lanza al pasar rodeándonos.
Los músculos de sus brazos se tensan al soportar mi peso mientras camina sin problemas hacia el costado del vehiculo, sosteniéndome con delicadeza hacia la puerta del copiloto, la abre con facilidad y me acomoda suavemente en el asiento asegurando el cinturón.
— ¿Te sientes mejor? Creo que te has desmayado —vuelve a preguntar después de rodear el carro y sentarse frente al volante— Creo que es mejor que te lleve a un hospital a qué te revise un médico, estás preocupándome —dice abrochando su cinturón de seguridad y rápidamente pone en marcha el motor.
— ¡Hospitales no, por favor! — suplico— no puedo ir allí.
Intento abrir la puerta con desespero pero tiene seguro.
— ¡¿Qué haces?! Tranquila, solo quiero ayudarte. Si no quieres ir hasta un hospital, está bien, hay otras maneras.
Me recuesto al espaldar del asiento otra vez, sin quitarle la mirada de encima.
— Quita el seguro y detente.
— Al menos dime por qué estás tan asustada — pasa por la entrada de un edificio inmenso, hace unos giros hasta que encuentra un lugar vacío y se detiene. Se gira en su asiento para mirarme.
— Por favor, dime qué está sucediendo —insiste por una respuesta— . Comprendo que no nos conocemos pero te prometo que sea lo que sea por lo que hayas pasado no te abandonaré hasta que sepa que estarás bien.
Una lágrima rueda por mi mejilla y cierro con fuerza mis ojos tratando de contenerme. Muerdo mi labio y me contengo.
— ¡Oh! ¡Maldición! Que no sea lo que estoy imaginando.
Limpia la lágrima con el dorso de su mano. Sus ojos discurren por mi rostro mientras tomo una gran bocanada de aire y lo expulso.
— Mira, tienes que denunciar a quien quiera que te haya ...hecho...
— Intentaron matarme —le interrumpo con mi voz casi en un susurro.
su rostro palideció.
— ¿Qué has dicho?
— Quieren matarme, me persiguen. Mataron a mi madre y ...ahora vienen por mí. No tengo idea de por qué lo hacen ni como defenderme, solo trato de huir y...
Me cubro el rostro con las manos, no tengo la entereza para aceptar que ni siquiera se cómo salir de esto.
Él desabrocha su cinturón y me atrae hacia él en un abrazo.
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TOUCH
RomansaTouch es el primer libro de una serie de mi autoría llamada Los hijos del Rey Midas, escrito desde el punto de vista de distintos personajes. Cuenta la historia de una chica favorecida con un fantástico don, guardianes y cazadores a su paso, intriga...