TOUCH

Capítulo 54

El claxon del carro de Jamie puso a correr el reloj en mi contra, era el momento de iniciar con mi actuación. Las piernas me temblaban como gelatina y el corazón me latía acelerado. Sin más opción, ya no podía echarme atrás.

— Cuídate mucho Alysha, haz lo que tengas que hacer para convencerlos. Pórtate como una perra si es necesario ¿ok? —Me dio un fuerte abrazo.

— Ok, gracias Ash. Te quiero.

Los ojos de Ashley estaban vidriosos cuando le sonreí antes de salir de mi habitación. Bajé las escaleras a toda prisa como mi hermana solía hacer deteniéndome en la sala de estar.

— ¡Mamá ya vino Jamie! ¡adiós!

— ¡Eh! Espera un momento —ordenó mi madre.

Era una mala idea dejar que se acercara, ella me reconocería y quería mantenerla al margen de todo esto.

— ¡Ay no, má! nos vemos después —me di prisa en salir de la casa.

— ¡Ashley! —escuché a mi madre gritar detrás mío pero hice caso omiso.

Jamie estaba recargado contra su coche mirando sus zapatos cuando salí a su encuentro. Al notar mi presencia levantó su mirada.

— ¡Wow baby! ¡Estás hermosísima!.

Vino a mí en el momento que llegaba hasta el carro y rodeó mi cintura con sus manos inclinándose para besarme, sino le correspondía todo se vendría abajo.

«Pórtate como una perra si es necesario»

Por eso lo había dicho mi hermana. Pasé las manos por la parte de atrás del cuello de Jamie dejándolo pegar su cuerpo al mío y lo dejé besarme. Cuando abrió su boca para profundizar el beso y el sabor a menta inundó la mía, un carraspeo de garganta lo hizo separarse de mí sin soltar sus manos de mi cintura. Levantó una ceja hacia la persona que estaba a mi espalda y yo me quedé paralizada en mi lugar.

— ¿Cuál es el problema Tyler? —Preguntó Jamie en tono molesto— ¿No ves que estamos ocupados?

¡Tyler! el único al que nunca habíamos podido burlar, él siempre nos descubría a mi hermana y a mí.

«Vamos Alysha tú puedes» me animó mi vocecita interior

Torcí un poco el torso sin quitar las manos del cuello de Jamie y miré a Tyler con una de esas miradas que mi hermana hace con una ceja levantada y frunciendo los labios como si fuera a darle picos a un pájaro. Por un momento Tyler miró de Jamie a mí y viceversa.

— ¿Cómo ha estado Lys? —preguntó en un hilillo de voz.

— ¿Cómo crees, idiota? En su habitación, encerrada, esperando a que vayas a cortarle las manos.

Apartó su mirada de mí, intentando ocultar sin éxito que le había dolido lo que le dije. Luego volvió a mirarme.

— Yo la amo, no lo permitiré.

— Si como sea —le corté, soltando las manos del cuello de Jamie—, me haces perder el tiempo. ¿Nos vamos bebé?

Caminé con la gracia gatuna de mi hermana hacia el lado opuesto del conductor y subí al asiento. Jamie se subió también haciendo girar la llave y rugir el motor estruendosamente antes de salir disparados por la carretera.