Mi primera calificación perfecta.
Cierro los labios con fuerza para evitar ponerme a gritar como loca por la felicidad que me embarga.
Jenkins me mira de soslayo en más de una ocasión mientras califica mis ejercicios. El aleteo de sus pestañas se mofa tachándome de tramposa, pero eso no opaca mi felicidad.
Sola, no lo hubiese logrado, lo que me recuerda que tengo una enorme deuda con Tyler y me carcome la culpa por echarlo de casa, sin agradecer su ayuda y por lo grosera que fui al ver a mamá en el estudio.
Para sumarle agravantes a esa situación, no siento mi conexión con él. Van pasando los días y parece estar en ningún lado. En su reemplazo tengo muchos ojos sobre mí a menor distancia, más guardianes están repartidos por toda la escuela, calles y fuera de casa.
¿Por qué no conseguía estar tranquila ahora que Tyler no estaba? Es lo que siempre había querido, sentirme libre del vínculo de reconocimiento.
¿Habría sucedido algo grave? Un temblor sacude mi cuerpo gracias al recuerdo de las pesadillas que sufría cuando era niña. El peligro que acecha más allá del límite... Sacudo esas ideas terroríficas de mi cabeza. De solo pensar en que él pueda estar en problemas me hace sentir enferma.
Pasan los días, las ganas de verlo son cada vez peores. No pude conciliar el sueño y he contado las horas para que el sol salga.
Me levanto y tiendo las cobijas rápidamente, con la determinación de ir al Delfos al terminar las clases, los Mayores deberían darme información de mi guardián. Dejo que el baño fortalezca mi resolución, me visto y me aviento camino a la escuela.
Ni rastro de Tyler, tendría que caminar mucho desde la escuela hasta el salón de consejo de Mayores en el Delfos, hacia lo más alto de las montañas y donde se encuentran sus residencias.
Desde que el don se manifestó, solo voy un par de veces en el año a canalizarlo a tierra y todas las veces Tyler se encontraba cerca.
El profesor abandona el aula dando por terminada la clase y sacándome de mi oleada de pensamientos, es la hora de poner en marcha mis planes para hoy.
- Alysha... -miro hacia la voz proveniente del asiento de al lado en el aula de clases- ¿puedes por favor pasarme tus apuntes?
Miro a la chica desconocida que me habla, estamos en la misma clase pero no recuerdo su nombre. Da igual, tengo que apresurarme en mi caminata.
Asiento y le paso mi cuaderno poniéndome en pie para guardar el resto de mis cosas.
- Tener una hermana gemela es de locos ¿No?¡Como quisiera una gemela idéntica! ¡Puedes hacer tantas cosas!
Se muestra tan entusiasmada por el tema mientras se cuelga su morral en el hombro. Entrecierro mis ojos y la analizo ¿Qué está tramando? ¿Se habrá puesto de acuerdo con Ashley para hacerme una jugada?
Se acerca unos centímetros y escanea el aula antes de continuar. Ya empieza a ponerme nerviosa.
- El rumor que está corriendo en los pasillos -susurra-, lo del otro día, Jamie... el beso... tu hermana. Pero lo mejor fueron los celos de Tyler...uff ¡que aventura! ¿Es por eso que se marchó de Frigia?
« ¡¿Qué?!» La sangre comienza a hervir dentro de mis venas.
El hormigueo en las muñecas indica que mi don me pide permiso para manifestarse pero me contengo y solo le digo una cosa:
- No deberías difundir rumores sin fundamento. Nada de lo que dicen está cerca de la realidad.
- ¡Pero si todo se el mundo lo sabe! Tyler ha dejado la escuela y nadie lo ha vuelto a ver.
Arranco mi cuaderno de notas de sus manos y con mi morral a medio cerrar marcho por el pasillo haciendo camino para alejarme cuanto antes del río de estudiantes que me observaban y cuchichean.
No bajo mi mirada y por el contrario se las devuelvo con enojo.
Jamie me saluda con un movimiento de mano mientras abraza a mi hermana, ganándose un codazo en las costillas. Otros chicos que estaban con ellos me miraban, uno de ellos me guiña un ojo ¿Qué les pasaba a todos?
Camino lo más rápido que mis piernas y el estudiantado me permiten. Con gusto echaría a correr si eso no me hiciera ver como una cobarde y les diera motivos para seguir inventando chismes.
Tyler no me ha abandonado. Él va a regresar al igual que lo haría papá. Quiero esconderme y llorar. No entiendo por qué me afecta tanto la ausencia de Tyler si nunca antes habíamos sido tan cercanos a pesar de sentir el reconocimiento todo el tiempo. A pesar de la electricidad entre nosotros. Quería sacar todo eso que había estado guardando en mi garganta.
Siento picar las lágrimas y me contengo, quizá cuando averigue lo que ha sucedido y llegué a casa podría darle rienda suelta a todas esas emociones.
Es entonces cuando siento el vello en mi nuca erizarse y miro hacia todas las direcciones...

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TOUCH
RomanceTouch es el primer libro de una serie de mi autoría llamada Los hijos del Rey Midas, escrito desde el punto de vista de distintos personajes. Cuenta la historia de una chica favorecida con un fantástico don, guardianes y cazadores a su paso, intriga...