— ¿A qué se debe esa estúpida cara de ponqué?
Las palabras masculladas consiguen una extraña mueca en la boca de mi hermana por el poco espacio que deja la enorme cucharada de cereal que había introducido. La fuerza con la que mastica los aros dulces en la prensa de su mandíbula realiza una sonora protesta por mi excelente estado de ánimo.
Aguanto una sonrisita que lucha por manifestarse al notar los rasgos faciales contorsionados de Ashley. Parece una abuela. Una marcada arruga se forma en su entrecejo. Sus ojos lanzan lenguas de fuego en mi dirección y las aletas de su nariz parecen más dilatadas de lo normal.
Es preferible mantener la mirada en el plato con mi desayuno o terminaría bañada en leche y cereal, o peor aún, con un hematoma en la cabeza.
No es que yo buscara irritar a Ashley, mi simple presencia le fastidiaba.
Sentadas alrededor de la mesa de comedor, cada una con un plato lleno de aritos de colores y leche, desayuno de completo desagrado de nuestra madre que arma una perorata nada más al verlo, pero hoy por alguna extraña razón no se pronunció al respecto.
Quizá es una buena señal del universo, hoy tal vez tendré mis anheladas vacaciones del constante sufrimiento infernal que me infringe mi hermana.
— ¡Cuida tú boca, Ashley Donovan! —reprende mamá con el ceño fruncido. Me tomó por sorpresa que ella hubiese escuchado las palabras arrastradas de mi hermana, tanto como a mamá le ha sorprendido el lenguaje ofensivo de mi hermana.
— Tal vez esté contenta porque Tyler viene a llevarla a dar un paseo —termina diciendo nuestra madre con una sonrisa en el rostro, que hace contraste con la furia crepitante en la inmediata nueva postura corporal de mi hermana.
Me atraganto con el cereal y empiezo a toser sintiendo que se queman mis pulmones, la garganta me arde y parece que tengo arañazos internos por toda la laringe. Una vez superados los espasmos puedo respirar sintiendo el calor del alivio.
Automáticamente mis ojos se posan nuevamente en Ashley. Noto como agarra con fuerza la cuchara y sus nudillos se tornan entre un color blanco y un tono azulado. Es muy probable que ella piense en usarla como arma para sacarme los ojos.
— No tenía idea —Aclaro para que no sufra un ataque al corazón y afloje su agarre amenazante.
Debe tratarse de un nuevo intento de mi madre por juntarme con él ¿No caía en cuenta lo mucho que eso afectaba a Ashley? Es increíble el manejo que le daba a esta situación martirizante entre Ashley, Tyler y yo.
— ¿Vas a permitir que ella salga a solas con... un chico? —replica mi hermana metiendo con más fuerza la cuchara en el plato con cereales, salpicando todo a su alrededor.
— ¿Y, por qué habría de tener un problema con ello? No es como si tú hermana no estuviera todo el tiempo con un ojo encima— responde tranquilamente mi madre y esboza una sonrisa de oreja a oreja, aunque le dura poco al ver el desastre que hace mi hermana en la mesa.
—Además, conocen la tradición—continúa— y ya es momento de que vaya haciéndose a la idea en qué pasarán el resto de su vida juntos cuando se casen.
— ¡Mamá!— me quejo con voz fuerte.
Acertadamente, es lo que todos esperan que termine ocurriendo. Con todo y eso, hasta ahora, Tyler y yo solo cruzamos palabra.
— No soy novia de Tyler, no somos amigos ¡Ni siquiera hemos tenido una conversación de conocidos! ¡mucho menos tenemos una relación de novios! —conozco de antemano su respuesta pero intento hacer que entendienda el lado correcto de las cosas.
No encaja con mis planes el formar una familia con Tyler. ¡Tyler! Que solo me observaba custodiando mi seguridad, que aparece cuando cree que no puedo manejar una situación en la escuela, el chico que puede caminar a unos metros de distancia manteniendo la boca cerrada. Ninguno de los dos disfruta de estar obligados a un futuro juntos.
Tengo que casarme con Tyler al cumplir 18 años, es cierto y cada día se aproxima lo que parece inevitable, pero hasta entonces no deseo su compañía.
Mi madre se levanta de la silla con movimientos elegantes, ignorando haberme escuchado. Hay cosas que simplemente se han decidido y sobre las cuales no cabe discusión.
— Lys, eres su novia, no hay compromiso sin noviazgo y si lo entendieras de esa forma sería más sencillo para todos — el apodo cariñoso con el que mamá me llamaba no hace menos caótico el hecho que acababa de explicar.
Endurece su mirada clavada en Ashley y noto cierta advertencia en su gesto:
— Espero que sepas comportarte, nos vemos en la noche— nos lanza un beso a ambas y se aleja.
Mi madre saldría de Frigia, solo eso le tomaría un día entero. Quizá había obtenido su autorización para la boda, e iría con la madre de Tyler a hacer algunas compras. Las dos últimamente pasaban juntas todo el tiempo haciendo preparativos.
Pero ¿salir de la seguridad de la montaña? la boda no lo valía.
Me giro rápidamente hacia mi hermana mientras mamá sale de casa, no saldría con Tyler ni muerta y no quería la perdida definitiva de mi hermana por ello.
—Ash, necesito que me... nos hagas un favor —Mastico rápidamente y trago. Es inminente la negativa de Ashley a cualquier cosa que le pida, excepto una.
— Lo siento, la tienda de favores se declara en banca rota. No finjas con que tú y yo no las llevamos bien — Lanza la servilleta en la mesa y corre la silla para levantarse—. No quiero estar aquí cuando llegue Tyler y se humille intentando convencerte de que salgas con él. Mi mundo funciona perfecto cuando va en sentido contrario al tuyo.
Empieza su caminata alejándose.
— ¡Pero se trata de Tyler y de ti!... tengo un plan — Ashley continua caminando mostrándose desinteresada en escucharme. Me interpongo para detenerla—. Te mueres por salir con él ¿no?— Mi hermana rueda los ojos en respuesta a lo obvio— Vístete con mi ropa, finge ser yo y tendrás a Tyler todo un día para ti. No notará la diferencia.
Sus ojos brillan de satisfacción y la malicia enmascara todo su rostro, quizá ya habría tenido la intención de intentarlo antes pero no contaba con que yo la apoyaría en el desafío de engañar a Tyler.
— Hmm ok.
¡Lo sabía! Ashley no se resistiría a tener una oportunidad con Tyler. Salto internamente de alegría. Ya tengo el mejor de los planes para pasar el sábado y no lo incluía.
— Con una condición, quiero pase libre para hacer con él lo que yo quiera. Cualquier cosa que yo desee ¿entiendes? No importa hasta donde llegue, no quiero que haya reclamos ni arrepentimientos.
Claro que entiendo y acepto sus exigencias. Ella no desaprovecharía una oportunidad de oro.
Me rehuso rotundamente a seguir el juego de mi madre y espero a que Tyler llegue a la entrada por mí. Ashley baja luciendo exactamente como yo, le deseo toda la suerte del mundo y espero que mantenga la boca cerrada el mayor tiempo posible para que no se nos caiga el teatro. Mi voz y la suya es la misma, pero su forma de expresarse es totalmente aislada.
Escapo por la ventana de mi dormitorio cómo había hecho otras veces. Una rama da casi contra el cristal y es lo suficientemente gruesa para sostener mi poco peso. Camino con total equilibrio hasta el tronco y bajo del árbol, echándome a correr por la parte trasera de la casa como si el mismísimo diablo me persiguiera.
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TOUCH
RomanceTouch es el primer libro de una serie de mi autoría llamada Los hijos del Rey Midas, escrito desde el punto de vista de distintos personajes. Cuenta la historia de una chica favorecida con un fantástico don, guardianes y cazadores a su paso, intriga...