— Te esperaras en el coche, así de sencillo. Los vidrios son opacos, no seas tontita—muerdo mis uñas pensando en la peligrosa idea que se le había ocurrido a Lena— ¿Crees que John no me mataría si algo te pasa?
— Es una locura, ir hasta su casa es muy arriesgado. Mejor espero hasta que aparezca nuevamente por el apartamento.
— No Lys...tú la cagaste. Si no está acá en la oficina es porque quedó afectado por lo sucedido y debe andar de encierro como tú lo estabas. Tienes que ir a buscarlo. Además, a esos salvajes no se les podría ocurrir que tú vayas hasta su casa ¡lo que esperan es que huyas! mientras permanezcas dentro del coche no pueden verte, por eso tú esperarás y yo lo llevaré a tí. Ahora es tu oportunidad de demostrarle a John cuanto te importa.
Lo pienso por un momento. Lena tiene razón, soy quien debe arreglar las cosas, pero sigue siendo muy peligroso ir directo a donde podría encontrarme de cara con la muerte.
Por otra parte, creo que ha llegado el momento de darle sentido a mi vida, no más encierro, debo hacer que mi familia me encuentre o yo encontrarlos a ellos.
— Está bien, vamos.
Llevo puesto unos jeans, camiseta blanca y una chaqueta. Calzado deportivo por si hace falta correr, aunque Lena me aseguró que estaba exagerando. Saco del bolsillo de mi chaqueta la cajita de polvo facial para disimular la hinchazón de mis parpados por tanto llorar a toda costa, aplicó un poco enfatizando en ese área.
Helena me hace conversación de los lugares por dónde vamos pasando hasta cuándo me indica que se acerca a el camino de entrada a la casa de John. Mi estómago sufre un espasmo a causa del miedo, pero no hay marcha atrás.
Nos detuvimos a escasos metros de unos escalones que terminan en una puerta de madera por la que bien podría pasar sin problemas la camioneta de John.
— Por nada del mundo salgas.
Observo como Helena se aleja del carro hasta llamar a la puerta. Después de unos segundos abren y de inmediato le permite el paso.
¿Estará John en casa?
Pasan los minutos y el desespero me carcome, no hay otra edificación cercana, la casa es tan grande que mi poca visibilidad desde el carro me hace imposible verla en detalle, pero la zona verde alrededor es bastante extensa. Jugueteo con mis manos, cierro los ojos y hago respiraciones para tranquilizarme. ¿Por qué Lena se demora tanto?
Repentinamente, veo llegar una camioneta parecida a la de John.
Un chico baja y se queda mirando el carro de Helena, tiene la misma complexión atlética que John pero lleva el cabello más corto y de color castaño, los ángulos de su rostro le dan un aspecto atemorizante. Además de ir vestido todo de negro.
El recién llegado entra en la casa con sus propias llaves, por lo que debe ser familia de John, al poco tiempo Helena y John salen por la puerta.
El corazón salta acelerado en mi pecho. Cada paso que John da para acercarse me robaba el aliento. Me sudan las manos y las piernas me tiemblan, no sé qué hacer para calmarme de solo imaginar su reacción.
— ¿Por qué quieres que conduzca yo? —Su voz deja notar su mal humor— no estoy de ánimos para salir, Lena.
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TOUCH
RomanceTouch es el primer libro de una serie de mi autoría llamada Los hijos del Rey Midas, escrito desde el punto de vista de distintos personajes. Cuenta la historia de una chica favorecida con un fantástico don, guardianes y cazadores a su paso, intriga...