Capítulo 25

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— Simplemente vino a mi mente —meto una cucharada de cereal a mi boca y mastico con calma, disfrutando de la ingesta de azúcar que me viene bien en este momento.

— Los recuerdos regresarán poco a poco, amor. Hablarte de estas cosas parece que te hace bien.

Trago todo el cereal en mi boca para hablar rápidamente.

— ¿Amor? —levanto una ceja sonriendo. No pensé que John era de ese tipo de hombres que usan títulos y etiquetas.

— Mi todo —Se acerca y me da un beso fugaz en los labios.

Cada gesto ahora es una sorpresa.

— Listo, terminé mi desayuno— llevo casi corriendo la taza al lavaplatos— sigue con el relato.

— Pareces una niña pequeña —Suelta una risilla y  suspira—. Digamos que fue desayuno porque me dejaste agregarle fruta. Pero tienes que alimentarte mejor, hablo en serio.

Me toma de la mano y caminamos juntos de nuevo al sofá.

— John... Si ustedes también descienden de Midas ¿Por qué nos cazan?

Me siento en un extremo y él se acuesta boca arriba a lo largo del sofá, descansando su cabeza en mis piernas.

— Tiene que ver con un arreglo que dejó algunas inconformidades —sonrie y yo junto mis cejas confundida—. Cuando nacieron las primeras gemelas en la que se "manifestó" el toque de Midas, se le fue otorgado un guardián especial a la gemela con el toque.  Él descendía de una familia de caballeros, perteneciente al linaje de Midas por un pacto de matrimonio que celebró para su hija.
De allí en adelante se siguió este mismo acuerdo.

» En un momento de la historia, cuando se dio el asombroso nacimiento multiple, en el linaje de los guardianes habían dos hermanos de casi la misma edad, al momento de establecer quién sería el guardián de la chica, el escogido fue el menor de ellos. El mayor no estuvo de acuerdo con la decision y optó por abandonar su comunidad y dejar todo atrás.

» La otra gemela le pidió que la llevase con él y juntos dejaron el territorio. De la prole de ellos son los cazadores, capaces de producir genes de guardián  que nos permite sentir a través de nuestras manos a la heredera del don, pero por nacer fuera de Frigia no sentimos la conexión para encontrarla. Tampoco nacen portadoras del don que puedan manifestar el toque por lo que algunos se dedicaron a "cazar" su herencia y así poder volver a Frigia para hacer valer el derecho como hijos de Midas.

— ¡Baia! Todo esto es ... Sorprendente.

— Ese es el "por qué" que inició la caza. Alguien de nuestro linaje llegó a la conclusión de que tenemos el derecho como guardianes, y contagió con ese ideal al resto. Han buscado por todo el continente el territorio de Frigia pero no hay manera, probablemente porque se han relacionado con humanas comunes y el mestizaje les arrebató el ingreso. Con el tiempo se hicieron impacientes y la sed de venganza los volvió sanguinarios, Ór-hunters nos llamaron los que eran cazados y preferían la muerte antes que revelar la ubicación de Frigia.

Mi cuerpo se estremece de miedo. No quiero imaginar lo que habían hecho con ellos.

— Lys te juró que jamás he participado en cazar, torturar o matar a alguien —continúa—, cuando mi padre me contó todas estas historias pensó que ya éramos lo suficientemente adultos para saber la verdad y unirnos a la cacería. Habíamos tomado clases de artes marciales, tiro al blanco, defensa personal y estrategias militares en campamentos de verano, esa fue mi infancia y la de mi hermano, lo hacíamos por diversión y como deporte, aunque mi padre nos entrenaba con otro propósito.

» Pero luego sucedió la tragedia de mi vida. Cazadores llevaron a una habitación privada en casa de mi padre a un hijo de Midas que descubrieron y trataron de hacer hablar torturándolo. Conoció la muerte antes que la traición a los suyos.

Ese día mi madre entró en aquella habitación y no soportó la sádica escena, sufrió un ataque al corazón que acabó con su vida.

» Después de eso, yo rechacé unirme a la organización, aunque con mi hermano sucedió todo lo contrario, el cree que es la manera de vengar la muerte de mi madre —acaricio un lado de su rostro y él cierra los ojos —. Nací siendo cazador, un Ór-hunter, pero jamás participé en una caza ni apoyé la tortura de alguien.

— ¿Me das un abrazo? —Siento un inmenso deseo de consolarlo. John se sienta para atraerme hacia él en un fuerte apretón— Siento mucho lo de tu madre, no debió ser fácil para ti.

— Lys, debemos irnos a otro lado, a otro pais —suelto mis brazos de él y me echo hacia atrás.

— ¿Irnos? ¿A dónde? Y ¿Qué pasará con mi familia?

— A donde podamos iniciar una vida juntos. Mientras no recuerdes la ubicación de Frigia debo mantenerte segura para que puedas reunirte con ellos en el futuro.

— No estoy segura. Además, no tengo documentos para viajar por obvias razones.

— Eso no es tan cierto. Estuve ocupado investigando y encontré unos datos tuyos.

Me quedé perpleja. ¿pero cómo? Hasta antes de nuestra discusión él me aseguró no saber nada.

— ¿Cómo...?

— Ayer cuando salí de aquí, estaba convencido de que te marcharías y... no podía quedarme tranquilo sabiendo que si lo hacías te pondrías en peligro —lo miro con los ojos bien abiertos— Pues... Hackeé la computadora de mi padre, necesitaba saber si había algún dato que pudiera darte para que fueras con tu familia y esa fue la única forma que tenía a mano, dada la urgencia.

— ¿Hiciste eso por mi?

— Yo haría cualquier cosa por ti, amor.

» Encontré un archivo con la historia clínica de tu hospitalización, se la envió el especialista que dio aviso sobre ti a mi padre.

» Tu nombre es Alysha Donovan Bennett, naciste el 18 de Septiembre, nacionalidad francesa, tienes 17 años, 18 en un mes prácticamente. Tuviste un traumatismo cerebral que te mantuvo en coma 2 meses y medio.

Quedo perdida en la mirada de John mientras hago memoria.

Recordé al Dr. Lincoln, había sentido su energía aquel día, pero no supe lo que significaba.

— ¿Has dicho Francia? Eso está al otro lado del mundo —intento recordar lo que dijo mamá cuando mi padre iría por nosotras— . ¿Crees que hayan tratado de rastrear mis datos?

— Eso fue lo primero que hicieron con los datos de tu historia clínica cuando desapareciste, pero hay miles de Donovan y no hay datos de tus padres.

— John mi padre es piloto, ¿Cuántos Pilotos con ese apellido crees que existan y que tengan rutas hasta acá?

— Amor ¿Cómo sabes eso?.

— Antes que me atacaran en el hospital mi madre me lo dijo, bueno creo que eso quiso decir.

— Esto ayuda mucho, puede que las posibilidades se reduzcan a un mínimo de opciones.

La felicidad me embarga, ya sé mi procedencia y ahora tengo la esperanza de encontrar a mi familia, todo gracias a John.

El sonido del citófono me saca de mis pensamientos, es algo extraño pues Helena no está, además ella tiene llaves, y yo obviamente no recibo más visitas.

John también lo nota y se adelanta a contestar.

— (Escucha) ... ¿Quién? Y ¿Por qué lo dejó subir?... — cuelga el auricular y contorciona el rostro con malestar— ¡Mierda! Mi hermano viene subiendo.

El corazón se me cae al piso, un cazador viene por mí, uno que no dudará en hacerme daño.

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