... Mis hombres esperan su paga.Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.
Podía anticipar que no se trataba de nada bueno. Ya lo había presentido: esclavitud, tortura y muerte. ¡Qué más les daba a estos hombres lo que yo representara para John!
En últimas, yo misma no sabía a que atenerme, tenía tantas cosas en mi cabeza que parecía una madeja de lana con la que un gato había estado jugando.
Sentía que John me amaba, pero ese sentimiento no era suficiente, la confianza se había debilitado y tenía la sensación de que esto no terminaba aquí.
Fulminé con la mirada al intimidante calvo que me había cerrado el paso y encaré a Jonatán Jagger.
— Dígame lo que quiere.
La sonrisa gélida no se borraba de su rostro.
— Sígueme —Giró sobre sus talones y me guió hacia una parte de la bodega que yo desconocía.
Mientras caminaba frente a mí, noté el parecido que tenía con John, la complexión física y el estilo al caminar.
Tiró de una lona y todo un cuarto lleno de barriles apareció frente a mi.
— Verás, no damos muy seguido con la gansa de los huevos de oro, y puesto que tus recursos son ilimitados, a mis muchachos y a mi nos parece que no será demasiado para tí convertir todo el
contenido de los barriles con tu don. Eso bastaría para que cada uno de nosotros lleve una buena vida, !bueno! Lo que nos resta de ella.Observé anonadada la brutalidad a la que estaba por ser sometida. No podía abusar de mi don en la manera que ellos pretendían, las consecuencias serían fatales.
— Padre, por favor —intervino John llegando tras nosotros— está débil, esto es demasiado. Ahora que sé como funciona su poder... no es cómo tu creés, cómo lo creíamos todos.
— Nosotros no somos inmortales y aún así expusimos nuestra vida por salvarla. Algunos de mis hombres cayeron hoy, hicimos nuestro sacrificio y es apenas justo que ella haga el suyo —me traspasó con el filo su mirada—. Comienza desde ahora y podrás irte, no tengo intensión de matar a mi futura nuera. Tienes hasta mañana— desvió su mirada hacia uno de sus matones—. Saquen a John de aquí.
— ¡El que se atreva a tocarme lo mato! —replicó John— No voy a dejarla sola.
Me giré hacia John que ya se había interpuesto para protegerme, provocando que los demás sacarán sus armas. John empuñaba la suya con determinación apuntando a quien estaba más cerca de mí: su padre.
Un grito inesperado se escapó de mis labios y lo lamenté al instante. Estos animales podrían usar a John para hacerme daño y yo no lo soportaría.
— ¡No lo lastimen! Por favor —Miré a Jonatán de manera suplicante— voy a hacer lo que pides, pero no lo lastimes.
Caminé hacia la primera línea de barriles. Hice una respiración profunda sintiendo como rugía el poder dentro de mí y comenzó a manifestarse en mis manos.
— Lys, no lo hagas.
Me concentré en mi don a pesar de las objeciones de John y avancé por toda la línea de barriles. Estaban llenos de barras de hierro que al instante en que eran lamidas por mis manos se tornaban doradas.
Un simple roce de los dedos bastaba, pero en el transcurso de mi azaña comprendí que mi energía vital me abandonaba. Mi visión empezó a nublarse y todo giró dando vueltas incontrolables, era la primer vez que enfocaba toda mi energía por un largo tiempo.

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TOUCH
RomansaTouch es el primer libro de una serie de mi autoría llamada Los hijos del Rey Midas, escrito desde el punto de vista de distintos personajes. Cuenta la historia de una chica favorecida con un fantástico don, guardianes y cazadores a su paso, intriga...