Tyler
No era un plan demasiado elaborado, pero conocía a Ian mejor que muchos de los Mayores y funcionaría a la perfección hacerle creer que tenía el control de todo. Tras un solo golpe en la puerta, Ian ya se encontraba de pie ante mí, en el umbral.
— ¡Tyler! ¡que gusto tenerte en casa! Adelante, sigue —Pasé a un lado de él caminando hacia la sala—. Toma asiento por favor.
Me senté en un sillón tapizado en cuero y observé -como en ocasiones anteriores- el decorado de las paredes y los muebles, varios objetos de oro, candelabros, jarrones; de entre los Mayores, Ian Morgan era quien más se veía cómodo siempre que se rodeara de los maravillosos tesoros de Frigia, y ésta vez mi atención se clavó en una nueva pintura, una que desconocía por completo su existencia.
En ella aparecía una chica con el cabello y los ojos dorados, pero eso no era lo que más me sorprendía. El parecido que tenía con Alysha, era extraordinario, lo que hacía que mi atención y mi sentido de alerta estuvieran bastante enfocados.
— Es Zoe, la hija del Rey Midas —respondió Ian a mi pregunta no formulada. Su tono de voz rayaba entre la complacencia y la exitación.
— Se parece a...
— Es más que evidente —confirmó antes que terminara mi oración—. Es por eso que he insistido tanto en cuidar del legado. Pareciera una señal de Dioniso, todo empezó con el supremo don adoptado por Zoe, y también podría terminar por ella. Ellas son idénticas a su antepasado, es como si Zoe caminara nuevamente entre los hombres.
Dirigí mi mirada hacia él.
— Ashley se fue... ¿no debería preocuparles eso? Alysha ha estado muy inquieta por desconocer la suerte de su hermana. Tampoco sabemos nada de George y ya debería estar de vuelta.
En su rostro no había el más mínimo interés hacia mi tema en mención, el éxtasis causado por la pintura lo eclipsaba todo.
— Tyler, debes aprender a darle importancia a las cosas que así lo ameritan. ¿ Acaso Ashley es necesaria en Frigia cuando tú estás con Alysha en estos momentos?
Debía presionar un poco más. Necesitaba obtener información que sirviera para que nuestro plan funcionara.
— Es una hija de Midas. Además podría dar nuestra ubicación —insistí—. Ashley siempre ha sido débil y podría ser atrapada por los Ór-hunters.
— Desde que Alysha convivió con ellos supe que los días de Frigia están contados, es cuestión de tiempo para que den con nosotros. No es Ashley quién los traerá.
¡Bingo!
Así que de eso se trataba todo.
— Pero ¡tenemos que hacer algo! no podemos simplemente esperar a que nuestro mundo sea intervenido. Los guardianes están alerta todo el tiempo pero todo hasta el momento ha sido hipotético. Se viene algo grande.
— Tienes razón, y por eso debemos de atesorar lo primordial, el legado, Debes embarazar a Alysha cuanto antes.
— ¿Cree que esa es la solución? da igual si ellos llegan, no se detendrán solo porque esté embarazada —necesitaba que Ian siguiera contándome sus planes.
¡Vamos Morgan necesito algo más determinante!
— No lo entiendes, Tyler. Apenas tengamos la confirmación de que está embarazada la sacaremos de la montaña e inclusive del país. Comenzaremos de nuevo en otro sitio, lo compraremos si fuese necesario, para eso sobra el oro de tantos siglos de legado.
» Eres inteligente y estás enamorado de ella hasta el tuétano, conozco ese sentimiento y sé que no debo preocuparme por su seguridad.
No necesitaba una confirmación verbal de mi parte, un guardián está dispuesto a dar su vida y hasta lo que quedara después de entregarla, y más un guardián de mi clase, un Keeper.
» Ahora dime ¿Alysha esta portándose sumisa? Ella es una chica perfecta. Ya casi tiene un mes viviendo contigo así que deberían estar por darnos la buena noticia. No han estado mucho tiempo compartiendo públicamente, y eso a todos nos es de mucho agrado.
La verdad era que Ashley y yo no habíamos dormido en la misma habitación, aunque nuestras cosas ocuparan la misma guardando las apariencias ante mi familia y cualquiera que nos visitara, y así no llegara la voz de lo que pasaba al Consejo.
Pero, a pesar de estar separados por sólo unos pocos metros en la casa, nunca habíamos estado tan distanciados.
— Si, ella ha cumplido con lo acordado. Yo no le era indiferente aunque el Ór-hunter se había entrometido. Antes del accidente ella y yo estábamos juntos... —sonreí socarronamente hacia Ian— y estar ahora tan íntimamente relacionados ha revivido todo eso.
Una sonrisa se formó en su rostro y supe que le había hecho el día.
— Me alegra escuchar eso hijo. Entonces esta visto que puedo contar con tu colaboración.
— Definitivamente.
Me despedí con entusiasmo y salí disparado de la casa de Ian hacia el oscuro de la noche, no veía el momento en llegar a casa y proteger a Ashley y a Alysha de lo que él tramaba.
Llegué rápidamente a la puerta de conductor de mi camioneta e igual de rápido sentí un dolor punzante en la parte baja de mi cabeza, cerca a mi nuca. Mi espalda estalló de dolor y mi pecho golpeó fuerte contra la puerta.
Mi visión se volvió borrosa, todo era confuso, traté de mantenerme en pie pero inevitablemente mi cuerpo colapsó.
Apreté con fuerza mis párpados cuando me topé con la dureza del suelo, luego abrí los ojos tratando de entender lo que había pasado. Aún desde mi posición horizontal vi a Ian de pie junto a mí.
Él me había golpeado.
— ¿En verdad creíste que no sabía a qué venías? —negó con la cabeza—Realmente aprecio que hicieras bien tu trabajo y espero que además lo hayas disfrutado. No me era muy atractiva la idea de tener que fornicar con una mujercita como Alysha para obtener descendencia ¿Sabías que también tengo sangre Gutsherr?
Sonrió.
La suela de su zapato llegó en un movimiento rápido hacia mi, propinándome un golpe seco.

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TOUCH
RomanceTouch es el primer libro de una serie de mi autoría llamada Los hijos del Rey Midas, escrito desde el punto de vista de distintos personajes. Cuenta la historia de una chica favorecida con un fantástico don, guardianes y cazadores a su paso, intriga...