Capítulo 53

74 16 18
                                    

Detención domiciliaria, la medida provisional que tomó el consejo mientras me sentenciaban por lo que hice.

Semanas atrás, cuando todos asistían a la boda me amaban, hoy me están enjuiciando por traición.

Tal como dijo mi hermana, ellos no expondrían la montaña por matarme, pero estaban constantemente reunidos en el consejo debatiendo mi castigo.

Mi padre había retrasado la sentencia gracias al respeto ganado por mis antecesores, pero los Mayores en su totalidad querían cortarme las manos. Para el consejo, de esa manera perderé valor para los Ór-hunters al no poder usar mi don, perderan interés en mí y mi propósito en Frigia no se vería afectado.

Eran todos unos salvajes, fueran Ór-hunters o no,  mi padre debería darse cuenta de ello, pero todos parecían estar ciegos y carentes de voluntad propia, el consejo los dominaba.

Mi plan se había venido abajo por no poder salir de casa, habían dispuesto guardianes en todos los alrededores y clausuraron mi ventana; Tyler tuvo que informarles de la ruta que comúnmente usaba para escaparme. A él no lo había vuelto a ver desde aquel día en que discutimos e imaginaba que continuaba dolido, aunque muchas veces los vellos de mi nuca se erizaron haciéndome sentir un poco de consuelo.

Pasaba la mayor parte del tiempo en mi habitación paseándome como animal enjaulado, con mi estómago recordándome que debía mantener la calma por el bebé, ya no tenía duda aunque las náuseas habían disminuido.

Pasos que vienen a toda prisa, hacen estruendo hasta la planta de arriba y me adelanto a ponerle seguro a la puerta. El pomo se mueve cuando alguien trata de abrirla, confirmándome que vienen por mí y mi miedo se acrecenta.

— Alysha soy yo —avisa mi hermana y la imagino pegada a la puerta. Ella se había portado muy bien conmigo, algunas veces me ponía nostálgica porque me recordaba a mi compinche y mejor amiga, Lena—. Date prisa es urgente.

Me acerco a la puerta de inmediato y le abro. Su rostro luce sudoroso y me mira con los ojos desorbitados, parece haber enloquecido.

» Te dije que pensaríamos en una solución ¿cierto? —pronunció irrumpiendo a la habitación cerrando la puerta tras si.

— Mjummm —Asentí lentamente. No sabía para donde iba esto. Ella me hizo señas para que me sentara con ella en la cama y se acercó para secretearme lo que iba a decir.

— Pues yo saqué los números de contacto de John y Helena.

Abrí los ojos como platos ¿Qué locura había hecho mi hermana?

» No me mires así ¿ok? Más bien debes agradecerme que hablé con tu amiga Helena.

— ¡Oh por Dios! ¿¡Qué hiciste qué!? Y ¿Cómo es que pudiste ...? —Me levanté de la cama y comencé a pasearme de un lado a otro— Saliste de Frigia ¿Cierto? —Mi hermana me tomó por la mano y me hizo volverme a sentar en la cama.

— ¡Cálmate! ¡El bebé!, le va a hacer daño —Me miró con los ojos entrecerrados y arrugando la nariz como fingiendo enojo por haber reaccionado de esa forma— ¿Recuerdas a Jamie?.

— ¿Quién es Jamie?

Rodó los ojos poniéndolos en blanco.

— Jamie es mi... salgo con él de vez en cuando ¿de acuerdo?. La cosa es que su padre lo llevó a la ciudad y el compró un celular para mí a escondidas, ya sabes... aquí no hay recepción y si la hubiese sería peligroso por todo ese asunto del...

—¡Ashley ahórrate los detalles que ya me se de memoria! — era evidente mi malestar.

—¡Ok, No te esponjes! Como te iba diciendo, un chico no te niega algo si sabes el momento indicado para pedírselo —Una enorme sonrisa apareció en su cara—. Llevo todos estos días buscando recepción de señal y... adivina.

Era exactamente lo que había planeado hacer con mi iPhone y por alguna estúpida razón que desconozco no incluí a Ashley en ese plan, ni entendía por qué ella no uso mi celular y compró uno.

— ¿Qué te dijo? ¿Ella está bien? ¿Dónde está?

— Ella está en Miami con... tu cuñado, no recuerdo su nombre. ¡Oye! no me contaste del escape de película que tuvieron John y tu!

— Ashley, el bebé ¿recuerdas? Me tienes a punto de infartar.

— Ok, tómate esto con calma —me observó muy seria por unos segundos—... ¡John está vivo! ¡Y está bien!

Me quedé perpleja mirando a mi hermana.

» Se entiende por qué te dijeron que él había muerto, ellos son Or–hunters, es lo que cualquier Hijo de Midas querría. Ha estado buscándote sin parar desde entonces —Mi hermana se acercó más a mí— Alysha, no hay señales de John desde ayer y su teléfono se ha quedado sin recepción.

Estaba catatónica. Era lo que había deseado escuchar, que John estaba vivo y perfecto. Más sin embargo, la noticia no terminaba de afirmarse en mi cabeza, cómo si mi mente intentara protegerse en la negación. Debería sentirme inmensamente feliz o eufórica, debería ponerme a llorar o reír como loca, pero no, no había nada parecido. Sentía miedo.

Era tan fuerte nuestro vínculo que lo había atraído más cerca de Frigia en su intento por reencontrarnos.

Definitivamente no tenía tiempo que perder. Detrás de todos estos engaños había una persona: Ian Morgan. Él fue el primero que habló con Mike, a sabiendas que mientras John estuviera de por medio yo no aceptaría estar con Tyler, lo hizo mentir y decir que John había muerto y casi logra engañarnos a todos.

Era tan peligroso irme de Frigia como lo era quedarme, necesitaba encontrar a John antes de que él ponga un solo pie en Frigia, o Ian se aseguraría de matarlo para romper mi vínculo con él.

— Ashley, necesito escaparme de aquí.

— Lo sé, Jamie va a ayudarnos, aunque él no lo sabe — se rió — Eso si, tendrás que ser mejor actriz que yo.

» Una vez me pediste que me hiciera pasar por tí con Tyler y él me descubrió. Pues, tienes menos de una hora para alistarte. Jamie vendrá a buscarme pero en realidad eres tú quien se irá con él, le dije a papá que me quedaría el fin de semana con una amiga así que podrás sacar una tula con algo de ropa y agua.

Ashley salió de mi habitación y me quedé contemplando la puerta procesando lo que me había dicho,  todo se complicaba con cada día que pasaba.

Regresó con un short de Jeans que más bien parecía ropa interior y un top deportivo rosa –demasiado rosa–, converse rosa con brillos y su caja de maquillaje. Cerró la puerta con seguro y un temblor recorrió mi espalda mientras vació el maquillaje sobre el tendido de mi cama.


TOUCHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora