Capítulo 19: Caíste en su juego.

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Tyler

Cómo todos los días, subo a la torre principal de vigilancia, en la entrada del camino que conduce al salón de consejo de Mayores. El completo panorama que ofrece hasta la línea de árboles que ocultan el claro me hace pensar más en Alysha y guardar firme la esperanza de que atravesará el claro muy pronto.

- ¿Creés que ellos la tengan? -le pregunto a Mike.

Dejo de observar por un momento la periferia y lo miro, mi amigo de infancia y guardián de Frigia, mi hermano con el que prácticamente no tengo secretos.

Él aprieta los labios formando una línea recta mientras observa por la baranda y luego de unos segundos me mira.

- De ser así, ya nos hubieran invadido los Ór-hunters. Anímate, algo me dice que pronto estará de vuelta en la colonia. Ustedes son como magnetos y ella encontrará el camino hacia ti.

Regreso mi mirada al bosque pero ésta vez recuerdo el amargo incidente que pasé con Ashley. No soporto tener que estar cerca de ella.

- Tengo algo que contarte.

Necesito sacar el veneno que ha dejado la diabólica chica, y qué puede ser mejor que contarle a Mike.

Proteger a Ashley se ha convertido en una completa tortura y compartiendo esta carga es posible que hoy pueda conciliar el sueño.

Regresar sin Alysha fue la peor decisión. Después de buscarla por todas las calles de la ciudad sin encontrar siquiera un rastro, me sentí abatido. Llegamos tarde esa noche y todo era un caos por su desaparición, los Or-hunters la habían encontrado y por poco asesinan a la señora Donovan. Su madre la había salvado milagrosamente pero ella había huído luego de eso. En ningún lugar la habían visto, ni siquiera en los circundantes al lugar donde estuvo recuperándose.

Hubo un momento en que pensé lo peor cuando no logré sentir su energía. Tal vez nos manteníamos ambos en movimiento o algo nos estaba bloqueando y eso pasa en ocasiones muy puntuales según los libros de nuestro legado: cuando los Or-hunters están cerca, ya que se alimentan de su energía, cuando el vínculo con el keeper se rompe definitivamente por muerte o por repudio.

Ella no puede repudiarme si no me recuerda.
Los Ór-hunters podrían matarla si no obtienen de ella lo que desean.
Lys no puede estar muerta porque toda Frigia lo hubiese sentido.

George, el padre de Alysha, cree lo mismo que Mike, que el don se encargará de regresarla.

Pero mientras eso sucede debo proteger a Ashley, la única con apenas la energía suficiente para mantener alzadas las barreras invisibles de Frigia.

- Hace un par de semanas vi salir de la casa Donovan a Ashley, vestida con ropa de su hermana. No miró hacia donde me encontraba, simplemente hizo su camino tal como Alysha lo hacía. Lo tomé como uno de sus arrebatos por atraer la atención.

» La seguí manteniéndome oculto de su vista. No deduje lo que ella se traía entre manos pero sabía a dónde se dirigía, así que me limité a seguirla.

» Nos adentramos poco a poco a aquella línea de árboles-señalo hacia el lugar con mi indice- allí hay un sitio especial para Lys y también lo es para mí.

» De repente sucedió, la vi caer, justo en el mismo lugar donde encontré a su hermana tirada. Mi cuerpo actuó por si solo y eché a correr, incluso, grité el nombre de Alysha con terror, parecía que había escupido fuego y el pecho me quemaba. Al llegar hasta su lugar me lancé como ese día poniéndome de rodillas a su lado, no podía controlar mi cuerpo y antes de siquiera notarlo me encontré acunándola en mis brazos. Fue como vivir ese momento de nuevo, pero sabiendo que lo que seguía era aún peor.

- ¡¿Cómo puede hacer algo tan repugnante?! -escupe Mike- ¡Jugar con la tragedia de su hermana! ¡Está mal de la cabeza! En verdad que esa chica está loca- miro de reojo a Mike y confirmo asintiendo con la cabeza.

- Eso no fue todo. Al mirar su cara ella sonrió y tiró de mi para besarme. Yo sin salir del shock, en un momento paralizado y al siguiente respondí al besó. Besé sus labios con fuerza buscando el sabor dulce que probé en los labios de su hermana, pero no pasó. Me odio por eso.

- Oh! Caíste en su juego. Pero no debes castigarte, todo lo que has pasado después de... Bueno, ya sabes que, es muy difícil de asimilar. Hasta para tí, que eres de sangre especial.

- Me preocupa lo que le pasa a mi voluntad, a mi mente y hasta a mi legado. De que me sirve la sangre si no puedo salvarla de los Or-hunters.

-Tyler -Mike da un apretón a mi hombro- han pasado más de dos meses, tu débil humanidad empujó tus deseos reprimidos. Alysha te hizo las cosas bien difíciles todo el tiempo -cierro con fuerza mis ojos y exhalo-. No eres un guardián como nosotros, eres el keeper y solo tienes dos opciones... Alysha o Ashley. El juramento es poderoso y estás en serios problemas.

Había olvidado el pequeño detalle por el que hoy estaba custodiando a Ashley hasta el salón del concejo, a quien han hecho subir los mayores.

La boda debe efectuarse, y están tomando medidas por si Alysha no aparece. No pueden permitir que desaparezcamos con ella.

- Sé que las cosas saldrán bien, cómo tienen que ser.

No se puede cambiar el destino. Aún tenemos tiempo.

Observo la línea blanquecina de la cicatriz que marca mi juramento, ese corte imborrable que afirma que Alysha y yo estamos destinados a estar juntos. Le pertenezco, mi vida le pertenece, de igual manera mi corazón.

- Tengo que admitir que estoy atemorizado -Mike mira hacía lo lejos, observando las casas de nuestros amigos y continúa-. No es justo. Estamos condenados a morir si ese triángulo de ustedes no se resuelve. Si Alysha no regresa, si tú te niegas a unirte a su hermana. Me atemoriza más eso que una incursión de ór-hunters. No quiero ver que seas infeliz, Tyler, solo por el legado, tampoco estoy preparado para ver morir a nuestra gente.

No tengo palabras para mi hermano, solo me queda aferrarme a que el destino está escrito a mi favor, y al final Alysha y yo aseguraríamos la continuidad de los hijos del Rey Midas.

- Tengo que irme. Necesito ir hasta el límite.

Mike asiente, sabiendo que eso implica que lo dejo a cargo de Ashley, que tendrá que aguantarle el berrinche cuando sepa que no la estoy esperando para escoltarla a casa.

Bajo rápidamente los escalones y abajo espera una de las camionetas que usan los guardianes para movilizarse con rapidez y el vehículo de George Donovan.

Subo a la camioneta y veo al instante las llaves puestas para responder rápido al llamado de los Mayores.

Salgo a toda velocidad levantando el polvo del camino. Necesito llenarme de todo eso que Lys deja donde quiera que llega, de su energía, necesito ir al claro donde supe que había ganado la lucha por conquistar su corazón.

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