Capítulo 1

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Unas cuantas semanas habían pasado desde que su vida sentimental tuviera un cambio, unas semanas desde que decidió darle una oportunidad a Julián Corona. Es que a su edad quién hubiera pensado que podría empezar una nueva relación, desde luego que a ella le parecía increíble, pero es que el destino y las causalidades de la vida siempre tienen preparado algo.

Sentada en el sofá Refugio acunaba a Esperanza –su nieta- hija de su Primogénito, Patricio. Cada día estás más hermosa –hablando con la bebe-

-Igualita a la abuela...-Argullo Nachito que en esos momentos se encaminaba con el biberón-

-Y a su tío –suspiro Chelito viendo enamorada a nacho-

Refugio no pudo más que sonreír al ver a los jóvenes que la acompañaban, ambos enamorados entregados el uno al otro y ella se sentía igual.

- Oye, jefa ya te dijo doña Mercedes cuando piensan irse de vacaciones ella y Olga?- tocando los piecitos de la bebe-

-Aun no, ella cree que pronto. Todavía le queda solucionar su divorcio con Rómulo que a pesar de estar en la cárcel la ha seguido martirizando.

-Que gacho. Ojala sus abogados puedan solucionar todo rápido. Pero pensemos en cosas bonitas -abrazando a Nacho- Esperanza va a quedarse con ustedes. Además, así le practico también, no...

Nacho se abochorno y Refugio no pudo más que carcajearse ante las palabras de Chelito que ponían en aprietos a su hijo.

-bue...bueno -tartamudeó el joven- creo que aún es pronto para hablar de eso no?. Además tú todavía tienes que terminar los estudios y a mí me queda un chorro de carrera.

- hoo, pero que tiene de malo que le practiquemos. Además no dije que tuviéramos hijo ya, Nachito. O no doña Refugio?- el golpe en la puerta salvo a los presentes de dar una respuesta- voy yo -y sin más Chelito se levantó a abrir la puerta.

-Buenos días

En cuanto Refugio escucho esa voz no puedo evitar que una sonrisa escapara de sus labios, cosa que no le pasó desapercibida a Nacho que se alegró por su jefecita.

*Juzgados*

Una nerviosa Mercedes recorría los pasillos junto al guardia que la acompañaba hacia una de las salas. Como una plegaria iba repitiendo mentalmente que no debía temer a Rómulo y sus maquinaciones, pues su poder había mermado. Olga y ella iban a empezar de cero, sanando heridas que habían sido infligidas inmerecidamente.

Sentado tras una mesa con las manos esposadas encima de ella, Rómulo la observó entrar con una sonrisa cínica en sus labios.

—Es a mi hija a quien pedí ver - El golpe en la mesa sobresalto a Mercedes, pero no le demostró temor-

— ¿Piensas que expondría a Olga, a Mi hija esta situación? Para que le sigas llenando la cabeza con tus ideas perversas. - apretando el respaldo de la silla- Vine para informarte que el proceso de divorcio ya está en marcha. Y esta será la primera y última vez que nos veamos

—Tú no estás en condiciones...

—El que no está en condiciones de pedir nada, de decir nada eres tú, Rómulo -Lo Interrumpió- mírate, por si aún no te has dado cuenta estás vencido. Y vas a pagar cada cosa que has hecho. En tu juicio, mi abogado presentará cada prueba que tengo en tu contra, y si mi testimonio ayuda también será incluido.

La carcajada que lanzó pudo haberse escuchado hasta afuera. El gran Rómulo Ancira vencido, si. Derrotado no. Aún tenía conocidos fuera que le debían mucho y, dinero con el que podría comprar la voluntad de las personas.

Tiempo de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora