El taxi detuvo su marcha frente a aquel imponente edificio ubicado en una zona céntrica. El bellboy se encargó de abrir la puerta del pasajero, les dio la Bienvenida y luego se encargó de las maletas. Refugio del brazo de Julián absorbía cada detalle del hotel, esplendoroso por donde se lo mirara. Pasaron por recepción para retirar la llave de la habitación y luego fueron guiados hacia la suite.
Aquella Habitación era esplendorosa y elegante por donde se la mirara desde los amplios ventanales que venían del techo hacia el piso, la cama, los sillones, las alfombras todo era majestuosidad. Julián se encargó de despedir al bellboys que tras su marcha cerró la puerta para dejar a la pareja a solas.
—Julián, esto es -haciendo gesto con las manos impresionada por aquello- realmente no tengo palabras.
—Pues esto recién empieza -acercándola a él- no sabes como me alegra compartir esta experiencia contigo. Y mi amor, te mereces todo y yo me voy a encargar de dártelo.
Aquella noche decidieron no salir a ningún lado, el cansancio del viaje más el cambio de horario los afectaba a ambos. Pero la cena en la habitación no podía faltar disfrutando de la compañía del otro.
se durmieron abrazados sintiendo la calidez de los brazos del otro. Su aventura recién empezaba y todavía quedaban semanas de viaje.
Las calles de Londres eran bulliciosas, la gente disfrutaba de la caminata, de sacarse fotos y seguir. aun con aquel clima tan frío. Refugio se apretujo más en su abrigo. Su marido y guía turístico la había llevado a la plaza de Trafalgar Square, la fuentes estaban congeladas, pero eso no le quitaba su esplendor.
Con las mejillas sonrosadas ella disfrutaba del relato de Julián, aquel hombre tan culto era suyo y él no tenía reparos a la hora de demostrarlo porque cada tanto le robaba besos. Siguieron su recorrido por la National Gallery alejándose un poco del frio. aquel museo contenía obra valiosísimas que Refugio no se cansó de admirar.
Se detuvieron a almorzar en un pintoresco restaurant donde ella dejó que Julian pidiera por ambos. La barrera del idioma era un incordio para ella. Luego él la hizo subir a esos famosos autobuses de dos pisos que los llevó de tour. Julián se encargaba de traducir cada palabra y enseñarle los emblemáticos edificios que veían desde ahí.
Pero por si no basta solo con semejante viaje de bodas, Julián se encargaba de comprar cada cosa que Refugio admiraba o le gustaba, por más mínimo que fuera. Esa noche salieron a cenar y él la llevó a un restaurante exclusivo que tenía vistas al río Tamesí. Fuera los copos de nieves caían alfombrando las calles, pero dentro el ambiente era cálido. La suave música relajaba a las personas mientras charlaban.
—Nunca imaginé estar en Londres. Pero no solo eso, nunca pensé en volverme a enamorar y sobre todo casarme -Con la mirada perdida, mientras su mano trazaba la base de la copa-
—Pues en mis planes tampoco estaba volver a casarme. Pero apareció cierta mujer que me hizo replantearme muchas cosas -acariciando su mano- Me gusta eso de ser el primero y el último en acompañarte a conocer el mundo-
—Señor Juez, siento cierta satisfacción en su tono. ¿No cree que ese de ser el último suena un poco engreído?
— Para nada. Tardé mucho en encontrarte y no estoy dispuesto a perderte. Nos casamos para toda la vida, esas fueron las palabras textuales del padre- con un tono entre divertido y serio- y yo, soy alguien muy apegado a la ley.
—De verdad, Julián -entrecerrando los ojos- súper engreído.
—Me hieres, Refugio. Aquí -señalando su corazón- pero mi querida esposa, me perteneces en cuerpo y alma, y eso es algo que no puedes negar. Y si no estas segura te lo demostrare esta noche y todas las demás -acercándose lentamente a sus labios. Y ese beso selló toda muestra de amor-

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Tiempo de Amor
FanficUna cartera perdida hace más de veinte años asociada con el destino hicieron lo suyo. Una invitación a tomar café sello el camino de dos almas predestinadas a encontrarse.