Tiempo de Amor

Capítulo 26

Acababan de terminar de ducharse cuando volvieron a la habitación. Alex decidió que era hora de despertar para comer. El reloj marcaba las 2 am, Refugio se sentía agotada después de tantas actividades con Julián. Se acercó a su hija y la tomó en brazos.

— Lo se mi vida, lo sé - la dejó sobre la cama y le pidió a Julián que le pasara todas las cosas para cambiarla-

Lo que a Julián le llevaba tiempo realizar, Refugio lo hacía en segundos. Julián se sentó tras Refugio, permitiéndole que se recostara en él. Alex buscaba el pecho de su madre con desesperación y cuando lo consiguió hizo un ruidito de satisfacción, lo que hizo sonreír a sus padres.

—Eres maravillosa -le susurro a su esposa-

—Señoría usted debe dormir que en unas horas le toca levantarse.

— Nuestra hija es responsabilidad de ambos. Yo no puedo alimentarla, pero si puedo acompañarte mientras lo haces tú.

—Alex no dormirá enseguida -le advirtió-

—No me importa, si tengo que quedarme despierto lo haré.

Alex se inquietó y entonces Refugio la puso sobre el otro pecho. Aunque la niña estaba con ojos abiertos a esa edad todavía no podía fijar la mirada, pero si reconocía las voces.

—Pues si que tiene mucho apetito -Julián le pasó un dedo por la planta de los pies haciéndole cosquillas- no la culpo después de todo

— Julián. -advirtió- Es que a veces uno de los pechos están más cargado que otro -le explicó sonrojándose porque le apenaba ciertos temas-

—¿Y no te duele? -preguntó muy interesado por el tema-

— Algunas veces, cuando Alex succiona fuerte o cuando pasa cierto tiempo y la bebé no se ha alimentado. Pero es algo normal.

— Y cuando yo...

—JULIÁN... -lo detuvo con un tono de voz fuerte- es distinto porque sólo lo haces unos momentos. -lo miró sería- Si me irrita la piel tu barba, pero no quiero que te la quites.

— No me la voy a quitar -le prometió-

Con una Alex saciada en sus brazos, Julián se paseaba por la recámara dándole un suave golpecitos a su espalda.

—Que princesa tan hermosa tiene papá-le susurro acomodándola sobre su brazo para mecerla-

Refugio sonrió cuando lo escucho hablar con la bebé. Estaba sentada en la cama medio adormilada. El reloj ya marcaba las 2.30 am. Y su marido y su niña todavía tenían toda la energía.

Julián la siguió paseando por la habitación mientras le relataba una historia que se estaba inventando.

— Me ha sonreído-le dijo sorprendido acercándose a ella- Refugio, me ha sonreído.

Refugio se acomodó mejor al lado de Julián y observó a su hija, el juez nuevamente le habló, pero nada..

— Y si le regalas una sonrisa a mamá -Refugio acarició la mejilla de Alex y se derritió de ternura cuando la bebé volvió a sonreír- es preciosa.

—Como su madre -afirmó Julián-

Alex se durmió tiempo después en brazos de su padre. Julián la depositó suavemente en su moisés, la arropó. Y se la quedó mirando por unos minutos velando su sueño.

Se deslizó junto a Refugio que ya se había rendido al sueño, la abrazo y le dio un suave beso en la sien, la contempló por unos momentos admirando su belleza serena. La atrajo más a sus brazos, cerró los ojos y le agradeció al destino por tenerlas.