Tiempo de Amor

Capítulo 16

Las patadas de su hija la despertaron, parpadeo y se giró mientras se acariciaba el vientre canturreando, algunas veces podía calmarla de esa forma, pero al parecer ese día no. Tomó su celular que seguramente Nachito había dejado en la mesita de luz. 5:30 a.m

Se fijó en las notificaciones y empezó a leer los mensajes, todos eran de Julián. En los primeros le recitaba su canción, cada letra y estrofa lo que hizo que sus ojos se llenarán de lágrimas. Los demás eran palabras sobre lo mucho que significaba en su vida, la felicidad que sentía al saberla su esposa. Los penúltimos le pedían recordar los momentos vividos, su matrimonio y posterior luna de miel y cada besos y caricias que se habían propinado. Y cada mensaje era acompañado con alguna fotografía

"Te Amo". "Las amo" era el mensaje con el que se despedía y se lo había mandado media hora antes, y la imagen que lo acompañaba era el último ultrasonido de su hija. Sabía que estaba en línea porque así se lo indicaba la app. Pero decidió no responderle. Julián no jugaba limpio, pero no podría culparlo

Las tildes azules le indicaron que sus mensajes habían sido leídos. Se frotó los ojos porque le pesaban, estaba cansado y agobiado. No había llegado a emborracharse como pretendía pero su cuerpo se sentía en ese estado. Tomó la almohada de Refugio y lo abrazo mientras se rendía al cansancio.

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El grito de Esperanza la despertó, observó nuevamente la hora y ya pasaban de las 8. Nuevamente se había quedado dormida. Antes de encontrarse con sus hijos fue al baño e intento borrar todo rastro de lágrimas. Su hija se había quedado dormida al parecer porque ya no se movía tanto.

Fue a la sala y ahí estaban sus hijos y nieta. Patricio le daba el biberón a la niña y Nacho se estaba encargando de poner la mesa para desayunar. Pero lo que llamó su atención fue el enorme adorno floral que estaba sobre la mesa ratonera. Las Rosas blancas y rojas creaban un contraste alucinante.

—Buenos días -saludo con una sonrisa en el rostro-

—Buenos días- corearon los muchachos-

— ¿ Y esas flores? - indago aunque en el fondo sabía que se las había mandando Julián-

—Serán del paisano ¿no? - Nachito le hizo un gesto de obviedad-

—Si es que no tienes algún admirador -Dijo Patricio mientras se levantaba y le acercaba un sobre que venía con el arreglo-

—¿Vas a abrirlo? -Nacho sonrió ante el gesto negativo de su madre- pues entonces, muñeca a desayunar que tienes que alimentar a mi muñequita.

Refugio se guardó el sobre en lo que se sentaba a desayunar, aquello pesaba bastante y le intrigaba, pero lo abriría cuando estuviera en la intimidad de su habitación. Esperanza que ya estaba acostumbrada a su abuela se inquietó en brazos de su padre para que la llevara con Refugio, así que ella la tomó en brazos en lo que se deleitaba con aquel desayuno.

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Su nieta pasaría el día con su padre por eso se encargó de avisarle a la niñera que por ese día no la necesitarían. Después de acomodar la cama se sentó con el sobre en la mano y lo abrió. La cartera con las iniciales de Julián apareció ante ella. Era un claro mensaje, sonrió ante el gesto.

Patricio la acercó hasta la casa la acompañó hasta la puerta en lo que llevaba el arreglo floral y después se despidieron. Refugio le pidió a Candela que pusiera la flores en agua, mientras indagaba sobre su marido

—No ha salido de la habitación-le dijo la muchacha- se llevó una taza de café muy temprano, pero desde ahí no lo he vuelto a ver. Parecía enfermo.