Capítulo 57

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"Bodas de aluminio" evocó en su mente las palabras, y no pudo evitar que una sonrisa acompañara el pensamiento. Poniéndo en números ese aniversario estaban celebrando diez años de matrimonio. Muchas veces todo le parecía un sueño del cual iba a despertarse en cualquier momento.

Una copa de champagne apareció frente a ella, la tomó recostandose en el pecho de Julián que se encontraba tras ella. El brazo de su marido la rodeó sosteniéndola contra él.

— Me hubiera gustado llevarte a la Toscana, Grecia,Suiza. Teníamos que celebrar este aniversario a lo grande.

Refugio sonrió y se giró para estar frente a su marido mirandole a los ojos.

— Lo estamos celebrando a lo grande ¿No te parece? por muy atractivo que resultan esos lugares que has nombrado, les falta algo.

— ¿Qué es?

— Que no es Valle del Bravo. -le dijo, emocionada- En este lugar mágico me has pedido que sea tu esposa.

—Cierto. Aquí no solo me has dicho que sí, sino que hicimos el amor por primera vez -Susurro frotando su nariz con la de Refugio- Salud!

—¡Salud! por estos diez años de matrimonio.

—Y por los años que vendrán -añadió Julián entrechocando su copa con la de ella-

Los dos bebieron aquel líquido burbujeante al mismo tiempo con sus miradas todavía entrelazadas.

Era cierto que el lugar donde celebraran el aniversario era lo de menos, lo importante es que estuvieran juntos, los dos solos disfrutando de su tiempo en pareja. Claro que el Juez hubiera querido explorar nuevos lugares con su esposa, pero Refugio se había negado a salir del país, argumentando que Alex y Esperanza eran aún muy chicas para que ellos se fueran a miles de kilómetros.

Llevaban en Valle una semana, en donde dedicaron tiempo a amarse, a hablar sin interrupciones, a rememorar anécdotas y vivencias. A dedicarse a ser pareja y no padres.

—Gracias por haber aceptado ser mi esposa, por amarme, por apoyarme. -Tomó cada una de sus manos besandolas- por querer a los mellizos como si fueran tuyos; pero sobre todo Gracias por regalarme la dicha de ser padre de una niña tan hermosa como Alex ,y de vivir todo ese proceso.

—Julián, mi amor. Estos años a tu lado han sido maravillosos. -Sus lágrimas de felicidad y emoción se deslizaban por sus mejillas Nuestra hija es creación de los dos. Ojalá, nos hubiéramos conocido...

—Nos conocimos en el tiempo perfecto, mi amor. y a pesar de algunos que otros problemas, nosotros nos mantuvimos firmes para sortearlos. Te amo tanto, Refugio. No se que hubiera sido de mi vida si no te hubiera encontrado

—Pero me encontraste, o bueno alguien me puso en tu camino -corrigió risueña- me alegro que hayas dejado caer tu cartera.

—Yo también.

Julián la guió entre besos a la habitación. Las velas encendidas en el cuarto titilaban con la brisa que se filtraba por la ventana. Refugio fue despojada de la camisola que llevaba por las manos expertas de su marido, su piel no tardó en enchinarse al entrar en contacto con los labios de su marido.

Lentamente sin dejar de besarla y propinarle caricias, Julián la fue recostando en el lecho.

—Julián -Refugio amago con envolverse en la sabana para esconderse de la mirada de su marido. A su criterio su cuerpo había perdido firmeza.-

—No tienes que esconderte de mí, lo sabes. Para mi sigues siendo tan hermosa como siempre. No hay nada de ti o de tu cuerpo que me desagrade, Refugio. -Aseguró desvistiendose rápidamente-La beso fieramente al posicionarse sobre ella, haciendo que sintiera cuánto la deseaba.

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