La posibilidad de encontrarse con Mercedes en España era de un millón, y sin embargo el encuentro entre ambas mujeres se dio sin Refugio buscarlo, es más hasta se había olvidado que ella y Olga seguían por esas tierras.
Era su último día en España, la luna de miel estaba llegando a su fin, Y como siempre decidieron ir a recorrer las calles por última vez. Después de un largo paseo decidieron acercarse a un pequeño bar a descansar y renovar fuerzas para continuar.
—¿Refugio? - la voz de aquella mujer la hizo voltearse-
—Mercedes - levantándose a darle un abrazo- que agradable sorpresa.
—Patricio me había dicho que vendrían de luna de miel por aquí, pero no pensaba encontrarlos con lo inmenso que es este país -saludando con un apretón de manos a Julián- Enhorabuena por su boda.
—Gracias! te sientas con nosotros - Julián le indico una de las sillas vacías-
—¡No, muchas gracias! -mostrándole las bolsas de compras- estoy de shopping con Olga. Acaba de entrar a una tienda. Por cierto Refugio, necesito hablar de algo muy serio contigo. ¿Puedo verte en tu hotel esta tarde?
Y tras confirmar el encuentro Mercedes se fue dejando a la pareja un tanto preocupada.
— Quizás tenga algo que ver con Esperanza - la voz de Refugio hizo eco a los pensamientos de Julián-
—Es una posibilidad.
Luego de recargar energía siguieron con su caminata por la ciudad despidiéndose de alguna forma del lugar. Cuando llegaron al hotel Julián decidió ponerse al día con algunas cosas del trabajo, mientras Refugio bajaba a esperar a Mercedes.
La rubia no tardó mucho tiempo en encontrarse con Refugio en el restaurante del hotel. Ambas decidieron salir al jardín del edificio para platicar.
—Refugio, disculpa por quitarte tiempo. Tú estás aquí disfrutando -haciendo gestos con la mano- y yo...
—No te preocupes, Mercedes. Mejor dime, que es lo que querías platicar. ¿Es sobre Esperanza?
— En parte lo es. -suspirando- quizás no lo entiendas. En estos meses que Olga estuvo aquí ha mejorado mucho, vuelve a interesarse por las cosas.
—Pero -la interrumpió Refugio porque presentía que había uno-
—Olga no quiere regresar a México, pero eso no es todo, va a renunciar a la custodia compartida de la niña y se la va a ceder en su totalidad a tu hijo. Patricio ya lo sabe, hable hace unos días con él. -Afligida- mi deber como madre es apoyar a mi hija, y aunque me duela alejarme de Esperanza no veo otra solución.
—Tal vez si hablo con ella- buscando una solución al problema- quizás pueda apelar a su corazón de madre.
—Refugio, eres tan bondadosa y se que te es difícil concebir que alguien no pueda querer a su hijo. Pero Olga -negando con la cabeza- todavía nos culpa a ambas por el nacimiento de Esperanza. Adoro a mi nieta, pero no voy a exponerla a que crezca con el rechazo de su madre.
— Ese angelito es la víctima en todo esto. Y es lo que más me duele. Pero a pesar de las circunstancias de su nacimiento te prometo que jamás le va a faltar cariño -reconfortando a la otra mujer- Quizás, Olga en algún momento pueda sentir ese cariño de madre y acercarse a la niña.
—Yo también lo espero, Refugio. Pero con mi hija no sé a qué atenerme. Todavía tenemos que curar y cerrar muchas heridas, en parte culpa mía y otras por Rómulo. -secándose las lágrimas- Eso sí, te prometo que cada que pueda iré a México a ver a nuestra nieta, y aunque estemos distanciadas por un mar siempre, siempre pueden contar conmigo.

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Tiempo de Amor
FanfictionUna cartera perdida hace más de veinte años asociada con el destino hicieron lo suyo. Una invitación a tomar café sello el camino de dos almas predestinadas a encontrarse.