Capítulo 63

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No se consideraba un romántico aunque sí se lo preguntaban a Refugio, ella claramente diría que sí. En su mente surgió de pronto un poema y casi sin pensarlo lo recito: —¿Qué es poesía? dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul ¡Qué es poesía! ¿Y tú me lo preguntas? Poesía... eres tú.

Refugio no se los esperaba, se emocionó al oirlo, su mirada adquirió un brillo especial producto del amor que le tenía a su marido.

— Te amo y te amaré siempre. —prometió Julián, transmitiendo en su mirada el amor y la adoración por ella-

Cual pincel una rosa guiada por la mano de Julián, acarició las mejillas y por último los labios de Refugio, esos pétalos separaban las distancia entres sus labios. El juez dejó caer la flor y en segundos su boca bebía de la de ella. Un beso de amor, también de deseo se indicaban en ese gesto. Se separaron con pequeños besos, la frente de Julián quedó recostada en la de Refugio, ambos mirándose enamorados.

—Necesito saber que estás bien, que esos ojos tan hermosos que me hechizaron no sufrieron ningún daño por mi culpa -murmuró con preocupación-

— Si te digo que estoy bien no vas a quedarte tranquilo, de hecho no he sentido ninguna molestia. Pero te prometo ir al doctor.

—Iremos, porque no voy a dejarte sola. -aseguró-

Sus labios nuevamente volvieron a encontrarse, ahora en un beso suave casi tímido.

Un ligero carraspeo resonó de pronto —Buenos días, digo yo- la voz risueña de Nacho interrumpió el momento.

Aunque divertido, Nacho estaba emocionado...era feliz viendo a su madre, en esta caso en el papel de esposa.

—Nacho -saludo el juez alejándose de su mujer-

—Pa...Julián -se interrumpió el muchacho- ¿Cómo está la mujer más bonita del mundo?

—Buenos días, mi vida. -Refugio sonrió-

—No quise interrumpirlos. Anoche le he estado dando vuelta a un asunto... -suspiro- se que Baldomero no fue un hombre, y ni qué decir de un padre, pero a fin de cuentas comparto su misma sangre. Me gustaria que tenga cristiana sepultura -dijo para luego persignarse-

—Nachito -le dijo Refugio con una voz emocionada-

No dudaba del buen corazón de su hijo, de hecho de los tres mayores él era el más sensible. Con aquello le demostraba lo bondadoso que era.

—Espero que no te moleste, jefecita. Mira te prometo que yo me haré cargo de todo. Tú no tienes que preocuparte por nada. -aseguró-

—No tienes que justificarte, Nacho. Se porque lo haces -Tranquilizó su madre-

—Llamaré a Andrés para que pueda ayudarte con todo el papeleo para retirar el cuerpo. Y por si te interesa hay una iglesia cerca que posee lugar para depositar los restos de Baldomero, solo se tiene que hacer una colaboración.

—Gracias por la info, paisano. Si me das la dirección voy a hablar con el padre.

—Antes de todo tú y yo tenemos que hablar -le dijo Refugio-

—Me imagino sobre que -respondió Nacho, tomando asiento junto a su madre-

—Los dejo. Iré a hablar con Andrés, luego llamaré al colegio de las niñas.

Julián dejó a Refugio junto a Nacho en la cocina en lo que él iba al despacho. Su celular sonó...Dos palabras se leían en el mensaje "Está hecho", el remitente no era otro que Rafael, su antiguo cliente, socio y amigo, aunque a esas palabras debería agregarles el "Ex". Julián suspiro, dejando su celular sobre el escritorio. No se sentía orgulloso, sino un poco apenado, pero conociendo los sentimientos de Rafael por Refugio...

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