Capítulo 41

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Por la presente se comunica al honorable, Julián Corona, Juez Federal de esta república, que las investigaciones por irregularidades en su contra, derivadas de los juicios de Edmundo Chavero y Rómulo Ancira, han concluido. Este Consejo dictamina que las sentencias de los acusados se han dado conforme a la ley...

Julián terminó de leer la carta, Refugio suspiro de alivio, y ambos se miraron sonrientes.

—Te dije que no debías preocuparte.

— Lo felicito, señoría. Pisará nuevamente los juzgados.

—Ya me había acostumbrado a estar ocioso -suspiro con resignación-

— Tienes una casa que mantener y una hija que consentir -bromeo-

—De este matrimonio la que es socia de un viñedo eres tú. Debería renunciar a mi trabajo y dedicarme únicamente a ti y mi hija -murmuró sobre los labios de su esposa-

Refugio correspondió gustosa al beso de su marido. Estaban en el despacho así que algo de intimidad tenían.

—Siempre bromeas con eso. ¿Renunciarias? -lo miro seriamente mientras sus dedos acariciaban sus cabellos-

—Lo que hago no es fácil, y aunque me gusta, pues de alguna forma quito de las calles a los delincuentes. Conlleva una serie de riesgos. -sus labios se posaron en las manos de su esposa- Renunciaría si siento que de alguna forma ustedes están en peligro por mi culpa. Por eso trato de que mi vida privada lo siga siendo.

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Nacho observó como Baldomero se le insinuaba a una vecina. Bufó porque desde que su padre vivía en la vecindad los encontronazos no faltaban. Patricio se había ido a un apartamento con Esperanza por lo que la casa familiar era enteramente suya.

—Nacho -saludo con una sonrisa soncarrona- ¿Vas a trabajar? tu madre tiene harta lana, pa que trabajas chamaco.

— Porque mi jefa nos enseñó a ser autosuficientes, no voy a estar de vividor en su casa. A mi si me gusta ganarme las cosas por mi propio esfuerzo.

—Yo también trabajo, aunque no lo creas -encendió un cigarrillo- y me pagan bien, por no hacer nada... si quieres puedo recomendarte.

—Gracias, de ti no necesito nada. A saber en qué andas metido -paso a su lado sin siquiera rozarlo-

Baldomero esperó a que Nacho desapareciera, cuando se perdió de su vista se acercó a la puerta de la casa, y luego de un rato logró abrirla. Necesitaba información así que se dedicó a hurgar entre las cosas.

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A pesar de todo y contando siempre con el apoyo de su familia, Edmundo Chavero logró recibirse. La ex casa de Julieta era el escenario de la celebración por el nuevo médico. El muchacho decidió no compartir el acto de entrega de títulos. Su paso por la universidad no fue fácil luego de salir de la cárcel, pero se había mantenido firme

—Esto no hubiera sido posible de no ser porque esta mujer maravillosa -tomo a Lucero de la cintura- me ha dado su apoyo incondicional, ha sido mi sostén en todo este proceso. Este título también es para ti mamá,has sacrificado tanto por nosotros. Y yo No he sido un hijo fácil, pero tú también estuviste conmigo en mis peores momentos. Espero que te sientas un poquito orgullosa.

—Lo estoy, Edmundo. Se que no te fue fácil retomar tu estudios, pero me alegra enormemente que hayas cumplido tus sueños -abrió sus brazos para envolverlo en un abrazo- Estoy muy orgullosa de ti.

— Solo quedas tu Nachito -le dijo Patricio mientras palmeaba la espalda de Mundo- y espero que no pienses abandonar la carrera

—No lo hará, aquí estoy yo para encaminarlo si quiere abandonar -Manifestó Chelito- Nachito se me recibe o no hay boda, ni hijos, ni convivencia.

Tiempo de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora