Capítulo 60

876 42 30
                                    

Disculpen la tardanza. Mil Gracias por sus comentarios y seguir apoyando esta historia que es escrita con mucho cariño. Y bueno, saben que todo llega a su fin y el próximo capitulo lo será. Que disfruten el cap. 



Sentados en el sillón de la sala no podían, ni querían dejar de tocarse, acariciarse, besarse, contemplarse. Ambos pasaron por un infierno, cada uno a su manera, Refugio por sentir que había perdido a Julián; y él al temer por su vida, en esos momentos oscuros en los que fue torturado.

Cuando lo secuestraron, Julián pensó en Refugió, en que no se despidió de ella, ni de su hija o familia. Sabía que esos hombres no le iban a permitir vivir mucho tiempo. Sin embargo, alguien supremo y omnipresente se encargó de darle otra oportunidad.

Refugio acarició el rostro de Julián, suavemente como si temiera lastimarlo. Necesitaba sentir que era real y no una ilusión de su mente. Sus dedos trazaron la herida de bala en su sien que ya empezaba a cicatrizar, esa prueba la hizo comprender lo cerca que estuvo de perderlo realmente. Lágrimas silenciosas rodaban por sus mejillas.

El juez tomó la mano de Refugio, se la llevó a los labios para depositar un beso sutil en su palma.

— Ese fatídico día solo pensaba en ti. Sonará egoísta, pero saber cuánto sufrirías por mi ausencia golpeó tan fuerte mi corazón.

—No fue fácil aceptar tu muerte. Me negaba a aceptar que te había perdido -sollozo- algo me decía que todavía seguías con vida, pero cuando encontraron tu auto y el lugar donde te retuvieron...la policía diciéndome que había sangre -negó queriendo borrar esos recuerdos- ¿Cómo.. olvidalo.

—¿Cómo logré escaparme? por lo poco que escuché de la conversación entre Baldomero y su cómplice, es que tenían órdenes de matarme inmediatamente. Pero supongo, que Baldomero necesitaba jactarse de que acabaría con mi vida. -se quedó en silencio unos segundos rememorando esos momentos infernales- fui golpeado por lo que no tenía fuerzas para nada.

—Baldomero seguia ordenes de Rómulo -dijo Refugio, y Julián asintió porque ya lo sabia-

—El dia que iban a ejecutarme, tuve como una especie de revelación -llevó su mano a su cuello donde descansaba la medalla de la virgen, la que pertenecía a Refugio- tu medalla estaba en el suelo frente a mi, era lo único que me quedaba de ti, pues hasta el anillo me sacaron. Y en ese momento, supe que debía luchar por volver a ti.

—Julián...

—¿Cómo algo tan bonito como nuestro amor podía ser vencido por la maldad? me negaba a aceptarlo. El destino, la casualidad te puso en mi camino dos veces. Me parecía injusto que nos arrebataran todo lo que teníamos, la historia que escribimos. -su pulgar secó una lágrima que se deslizaba por la mejilla de Refugio- espere a que Baldomero entrará, en mi desesperación por huir lo golpee, pero no lo suficiente para dejarlo inconsciente, grave error. Era de noche y corrí hasta perderme entre los árboles. No había más posibilidades que arrojarme al arroyo para salvarme, así lo hice. Fui un blanco fácil, pero por la adrenalina no sentí dolor cuando me disparó.

Ella se abrazó con delicadeza a Julián, él la sintió temblar a causa de las lágrimas acarició su espalda para calmarla. Descansó su frente sobre la cabeza de Refugio cerrando los ojos para poder tranquilizarse. No quería revivir todo aquello,pero necesitaba exorcizar esos recuerdos.

Suspiro y prosiguió—En algún momento perdí la conciencia, porque cuando la recupere ya me encontraba en casa de Lupe y Vicente, el matrimonio que me halló en las orillas del arroyo, sin ellos y sin las atenciones del doctor no hubiera sobrevivido.

Tiempo de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora