Capítulo 62

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Las cosas muchas veces no salen como uno las planea, y es lo que había sucedido. La sala del juzgado se volvió un caos con la aparición del Juez Corona a quien se creía muerto. Los uniformados tuvieron que hacerse cargo para evacuar la sala.

La fiscalía se hizo presente para intentar esclarecer lo que estaba ocurriendo. Rómulo y el Juez, Manuel Ulloa utilizaron la aparición de Julián a beneficio de ellos, argumentando que todo había sido un tetra idea por el juez Corona para ganar más fama, sobre todo teniendo en cuenta que quería al juez Ulloa preso.

El resultado de todo aquel acto: Ulloa camino al hospital por un conato de infarto, Rómulo Ancira fuertemente custodiado en su casa. Baldomero nuevamente en la prisión y Julián declarando ante agentes del ministerio toda la historia y presentando el audio y los videos como pruebas. Terminada la declaración fue traslado a una clínica para constatar su estado de salud y verificar si realmente le habían disparado.

Refugio no se encontraba con él, le había pedido a Andrés que le informara que la vería cuando todo aquel circo terminara. No quería exponerla más, con todo lo que venía soportando temía por el estado de salud de su esposa. Estaba en un cuarto de la clínica esperando a que lo dejaran marchar, cuando la puerta se abrió dando pasó a un hombre.

— Juez Corona. Soy el fiscal, Germán Morales. Un gusto conocerlo, solo lamento la circunstancias en la que ocurre -Se presentó extendiendo la mano a modo de saludo-

Julián recordaba el nombre pues últimamente se hablaba mucho de que aquel fiscal y su forma de trabajar, al igual que él, Morales mantenía sus principios y trabajaba para acabar con la corrupción dentro de la profesión. Julián se proyectó en su colega, un poco más joven que él le recordaba sus inicios.

—El placer es mío, he oído hablar de usted. -manifestó Julián, estrechando su mano- lo felicito por no haberse dejado seducir por la corrupción.

— Eso se lo debo a usted.

Julián lo miró extrañado pues es la primera vez que tenían contacto.

—Siempre admire su trabajo y su forma de desenvolverse en este ámbito, para nada fácil. Pero usted le ha hecho frente -contestó con admiración- Y creo que no todo está perdido en este mundo de la justicia. Quedamos pocos en el lado "bueno".

—Es bueno saber que aún quedan profesionales honestos que se mantienen del lado de la ley.

—Se preguntará por qué estoy aquí.

Paola, Patricio y Andrés ingresaron a la habitación interrumpiendo la plática.

—Supongo que las presentaciones ya fueron hechas -dijo Paola, alternando la mirada entres los dos hombres- podríamos decir que todos los aquí presentes tenemos objetivos en común: Ulloa y Ancira.

—Sobre eso estaba a punto de informarle al licenciado -admitió el fiscal- He seguido el caso Ancira desde el principio, cuando salió en libertad me propuse a buscar las pruebas suficientes para meterlo nuevamente en prisión, porque de algo estaba seguro y es que, Rómulo Ancira era culpable de todo lo que se le acusaba y no me equivocaba.

— Los videos y el audio que tiene la fiscalía pueden sumarte más pruebas -Aseguró Julián- y de hecho, el Licenciado Chavero -señaló a Patricio- también puede serte de mucha ayuda.

*****

La casa de los Corona bullía de gente, Julieta, Apolinar sus hijos, Lucero, Leo, Doña Martina, Chelito, Esperanza, Fernanda, Alex, los mellizos y Nacho acompañaban la espera de Refugio.

Los niños estaban en el jardín jugando con Nala, los adultos se distribuian entre la sala y la cocina.

—¿Por qué no me habías dicho nada? - reprocho Julieta-

Tiempo de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora