Capítulo 45

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Julián se había esmerado para sorprender a las niñas y en complicidad con su hija mayor, llenaron la recámara de Alex y Esperanza con muchísimos globos, dos enormes osos de peluches y chocolates.

— O te perdonan o te perdonan -Manifestó Rebeca observando por última vez el cuarto. Su papá le había comentado lo sucedido- aunque con mamá si la vas a tener más difícil.

—Por eso les he pedido a tu hermano y a ti que se queden con las niñas por esta noche.

—Para que haya armonía en esta casa, lo que sea -bromeo- Nacho y Chelito también vendrán un rato.

El Juez había acertado de lleno porque las infantes alucinaron con la decoración y los regalos. Y nuevamente a sus ojos, Julián volvió a ser "El mejor papá del mundo". Rodeada de los brazos de la niña el juez observó a su mujer con una sonrisa resplandeciente, pero Refugio no le correspondió.

A las niñas podía "comprarlas" de esa forma, pero con ella no sería tan fácil, se dijo Refugio. Se secó furiosa las lágrimas traicioneras que se deslizaban por las mejillas. Odiaba sentirse de esa forma, nunca había sufrido de celos, pero fue casarse y redescubrir cosas dormidas o enterradas. Ni con Ivan o Baldomero había tenido esos ataques.

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—No creas que porque Julieta fue tu cómplice en esto voy a perdonarte -susurro sobre el odio de Julián,con un amago de sonrisa-

Era la única manera que podían hablar por la música alta que sonaba en esos momentos.

— Al menos no te has negado a venir. En el marcador voy un punto arriba -murmuró sobre su sien haciéndola estremecer- y la noche recién empieza, Refugio.

En cuestión de minutos su mejor amiga y hermana del alma había organizado aquella cena de parejas con Julián a espaldas suya. Así que ahí estaban los cuatros disfrutando de una velada romántica.

Julieta y Apolinar se deslizaban en esos momentos por la pista de baile por lo que estaban ellos dos solos en la mesa.

— Cuidado con cantar antes victoria -advirtió-

—Lo mismo te digo -le replicó con una sonrisa de suficiencia-

Ella iba a responderle, pero decidió callar cuando se percató que Julieta y Polo se encaminaban hacia ellos. Su amiga le hizo un gesto, Refugio se levantó para acompañarla al baño.

—Refugio no te la está poniendo fácil -señaló Polo mientras tomaba asiento-

—No. Pero me gusta que me desafie constantemente.-admitió divertido-

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—No creas que no me he dado cuenta que has rechazado las invitaciones a bailar del juez

ambas mujeres se miraron a través del espejo del baño...

—No me apetece bailar -respondió un poco molesta-

—Mira, aunque en estos momentos piensas que te traicione... me lo vas a agradecer cuando se reconcilien.

—¿De qué lado estás?

—Del de la razón, por supuesto.

Antes de que pudieran llegar a la mesa, Refugio fue interceptada por Julián. No le dio tiempo a reaccionar que ya se encontraban en la pista de baile rodeados por otras parejas. Ella giró para volver, pero Julián la volvio contra él, estrechandola contra sí. A Refugio no le quedó de otra que dejarse llevar porque tanto forcejeo estaba llamando la atención.

—No te parece que estamos demasiado juntos para bailar -mirando a las otras parejas, a cualquier lado para no perderse en la mirada de Julián-

—No. -Sus manos resbalaron sutilmente por la cintura de Refugio y se detuvieron sobre el límite de la espalda baja- ¿Piensas torturarme toda la noche?

Tiempo de AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora