¿Qué se podía regalar a un hombre que prácticamente lo tenía todo? Esa pregunta surgió en Refugio una y otra vez. Libro sobre derechos los tenía a montón, corbatas, de diferentes colores, su maletín estaba impecable así que descartado. Una cartera aunque tampoco le hacía falta.
Se despertó antes que él, se puso la bata, apagó el monitor de la bebé y fue a buscar a Esperanza. Cuando abrió la puerta se escuchó el primer llanto de la niña así que se apresuró a cargarla, la cambió y bajó con ella para preparar el biberón.
Su caminar era lento porque con su embarazo tan avanzado y el peso de la niña lo obligaban a ello.
— Cada día estás más preciosa y grandota, mi vida - le susurró a la bebé, mientras le daba el biberón-
Esperanza le sonrió y una de sus manitos tomó un mechón de cabello mientras seguía alimentándose. Cuando la niña acabó de desayunar se puso nuevamente en camino a la habitación matrimonial. Julián todavía seguía rendido en los brazos de Morfeo. El pobre había tenido unos días complicados.
Puso a Esperanza a su lado y la rodeó con mil almohadas, como una barrera para que la niña no fuera para el piso. Con su chupete y un oso Esperanza pataleaba tranquilamente.
En lo que iba nuevamente para la cocina su hija le dio una patada como pidiéndole también alimento. Sonrió mientras se acariciaba el vientre, tomó un yogur y luego procedió a hacer el desayuno para su marido.
Julián despertó cuando sintió que una mano tocaba su barba, se frotó los ojos y se encontró con los de Esperanza que estaba muy concentrada estudiándolo. La niña sonrió cuando lo reconoció, y él se volteó para besarle la barriga y hacerla reír.
Refugio los vio y se enterneció porque se lo imagino de la misma forma con su hija.
—¿Qué haces? -Julián se levantó y fue a ayudarla con la bandeja de desayuno que traía-
—Quería darte una sorpresa -se acercó a la cama pues Esperanza comenzaba a moverse. La ayudó a sentarse- Feliz Cumpleaños, señoría- dijo sonriente a su marido-
Julián frunció el ceño y recordó que ciertamente era su cumpleaños. No lo festejaba hacía mucho, por lo que lo tomaba como un día normal.
— Gracias, Mi amor - le dijo mientras la besaba suavemente. Deslizó una mano por su vientre y después también le dio un tierno beso.-
Esperanza se frotó los ojos y Julián la cargó mientras se mecía al compás de una melodía que tarareaba. Refugio aprovechó para ir al baño porque con lo sensible que estaba cualquier gesto la hacía llorar. Se tardó unos momentos y cuando salió, Julián volvía de dejar a Esperanza que se había quedado dormida.
Y en lo que esperaba que su marido saliera del baño organizó todo para desayunar en la terraza de la habitación. Se estaba comiendo una tostada cuando lo vio aparecer.
— Discúlpame por no esperarte, pero tu hija tiene hambre - se defendió-
El solo sonrió y en lo que se sentaba la atrajo a su regazo. Mordió la tostada que ella le ofrecía sin dejar de mirarla.
— No sabía que regalarte -confío Refugio- lo tienes prácticamente todo.
— Pero si ya me has anticipado el regalo meses antes -le dijo mientras juntaba la mano de ambos en el vientre de su esposa- varios regalos por cierto. El primero al enamorarte de mí, el segundo al aceptar casarte conmigo. Y el más importante de todos, nuestra hija.
Refugio no puedo evitar llorar y lo beso demostrándole cuánto lo amaba.
— De todas maneras la niña no sale hasta dentro de un tiempo -dijo mientras buscaba en el bolsillo de su bata el regalo- Feliz cumpleaños de nuevo, mi amor.
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Tiempo de Amor
FanfictionUna cartera perdida hace más de veinte años asociada con el destino hicieron lo suyo. Una invitación a tomar café sello el camino de dos almas predestinadas a encontrarse.