Estaba sentada junto a una hoguera. Ambos comíamos aunque perdí la cuenta cuando el se comido diez perritos calientes y yo solo tres. No comí más aunque el comía como un puerco y hablaba sobre que hacer este verano
¿Quieres ese último? -preguntó señalandolo-
Voy a explotar como siga comiendo -le dije y gruñó haciendo que ría - todo tuyo, lobito
Gracias -dijo sonriendo y se lo comió en menos de cinco segundos. Seguimos hablando aunque estaba vez yo estaba abrazada a él con mi cabeza en su pecho y casi durmiendo del calor que me daba- hey, cariño, vamos a casa
Vale -le susurre. Fui junto a él hasta llegar a casa, cambiarnos y dormir abrazados en el sillón-