¡James, corre más rápido! -chille mientras aún corría detrás de Sirius y reía-
¡Hago lo que puedo! -chilló él de vuelta. Tiré de su mano y seguimos corriendo. Bajamos las escaleras entre risas y tropezones hasta que llegamos a un aula vacía aún escuchando los pasos de Minnie por las escaleras-
No hagan ruido -susurró Regus. Justo antes de que Minnie y Dumbledore entrasen nos escondimos por diversos sitios. James debajo de una mesa con un mantel que le cubría, Sirius en un armario, Remus en otro armario, Peter detrás de la puerta y en una esquina del techo agarrada a la pared-
No están aquí, profesor Dumbledore -dijo ella-
Cuando vayan al comedor hablaremos con ellos -afirmó el viejales. Cuando ellos se fueron esperamos unos minutos hasta que empezaron a salir de sus escondites y empezamos a reírnos a carcajadas hasta que la clase empezó y teníamos que irnos. Otra vez, corriendo-