Debo recordar no volver con ella a ningún supermercado. Nunca
Mientras yo intentaba comprar lo justo y necesario para no desnutrirnos, ella quería cada una de las cosas del supermercado y por mucho que fuera adorable, no saldríamos de aquí nunca
Emma -le llame parando el carro frente a mi. Ella se giró hacia mi con varias cosas en la mano y un sonrisa. Era imposible decirle que no pero tengo que ser un poco fuerte- ¿que tal si te sientas en el carro? Es como una nave espacial
¿Podemos llevar esto? -dijo ella mientras se sentaba en el carro con las piernas cruzadas-
Elige uno de esos, Em -le dije sonriendo con ternura. Nunca lo admitiría-
Esta bien -dijo ella como una niña de 5 años. Por mucho que tenga ese lado infantil esta vez es porque tiene sueño y se pone peor. Dejó algunas cajas y se quedo con unos animalitos de chocolates. Durante todo el camino solo señalaba cosas y a algunas le decía que si mientras que a otras no. Me extrañó cuando no la escuché hablar y suspire al verla dormida, fui a la caja y cuando el chico me iba a decir algo negué con la cabeza-
No te lo aconsejo -le dije. Él asintió y empezó a pasar las cosas y yo a meter la comida en bolsas. Al terminar le pagué y deje las cosas en el coche para luego cargar en brazos a Emma y dejarla dormir. Subí al coche y fui a su casa, la dejé dormir y me fui a mi casa ya que en la suya no pintaba nada-