Wolfstar

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Todo el mundo nos miraba y era normal. Estábamos en la una fiesta en casa de sus padres. Era muy elegante llena de copas de vino, luces y personas estiradas, como llama Sirios.
Ambos bailabamos al ritmo de la canción y estaba tan sonrojado que escondí mi cabeza en su cuello escuchando su risa
Vamos, lunático. Sueltate un poco -dijo Sirius girando al ritmo de la melodía-
Me estoy muriendo de vergüenza.  ¿Por qué no subimos a tu habitación? -murmure levantando mi cabeza-
¿Qué quieres hacer en mi cuarto, pillín? -dijo él haciendo que me ponga más colorado- y dos: me lo estoy pasando bien aquí bailando y haciéndote sonrojar
Vas a tener que parar porque los demás pensaran que me han estallado dos tomates en la cara -le dije y giré bajo su brazo. Sonreí discretamente al volver a sentir su mano en mi cintura-
Calmate. Venga, salgamos un rato, anda -dijo él. Agarró como 4 copas de vino a la vez y salimos hacia la terraza. Me senté en una esquina a coger aire fesco y él se sentó a mi lado y apoyó su cabeza en mi hombro y nos quedamos un rato en silencio- hoy estás muy guapo
G-gracias -murmure y sonreí cuando levantó su cabeza y me miró. Pasó su mano pálida por mi mejilla y echó mi pelo para atrás haciendo que sienta escalofríos por todos lados. Y entonces pum... estampó sus labios con los míos y disfrutamos de ese beso tanto como los otros. Mire hacia otro lado para que no viera mi sonrojo pero él río y giró mi cara hacia la suya-
Vamos, tomatito.  No te sonrojes tanto -me dijo haciendo que me den más ganas de sonrojarme. Cerré los ojos y me tranquilice notando como el calor de mis mejillas se apagaba. Él me dio un pico y volvió a apoyar su cabeza en mi hombro. Me quedé como un estúpido mirándolo hasta que se quedó dormido y le acompañé a su habitación-

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