La vi durmiendo tranquilamente y una sonrisa inconscientemente me salió
Ella tenía las piernas encima de mis rodillas, la cabeza en el respaldar del sillón del tren y nuestras manos entrelazadas encima de sus piernas. Salí de mi ensoñación al notar la puerta abrirse y me giré para ver a su mejor amiga
Vuelvo luego. No hagas nada raro porque te mano, ¿si? -me dijo la muy salvaje. Asentí para que se fuera y luego volví mi vista a ella quien se hallaba mirándome con una pequeña sonrisa-
Aún tengo sueño. Voy a dormir un rato más, ¿vale? -me dijo y asentí. Me da igual como estuviera mientras estuviéramos juntos ya que luego nos tendríamos que separar al ser de distintas casas. Sonreí solo un poco al sentir su cabeza en mi pecho, pasé mi brazo por sus hombros y me recosté un poco para luego dejarla dormir más-