Él estaba llorando desconsoladamente entre mis brazos. Estábamos acostados en mi cama mientras él se menospreciaba y se echaba la culpa de todo
Tranquilo, Rafe... -le susurré y besé su frente aún acariciando su pelo- no eres el malo de todo esto. Sólo estas roto, y es normal cuando tu padre te trata así... Todo saldrá mejor, confía en mi...
P-pero... -empezó él pero le interrumpí-
Ya hablaremos mañana, ahora estás sentimental y cansado... -le dije. Me pasé la noche vigilando que durmiera bien, y así fue-
Era por la mañana, seguía acariciando el pelo de Rafe, él tenía su cabeza en mi pecho y estaba casi encima de mi abrazando mi cintura
¿Estás despierta? -escuché su voz y sonreí-
Sí, ¿como estás? -le pregunte y él apoyó su barbilla en mi pecho y me miro sonriendo mínimamente-
Mejor que ayer. ¿Te apetece dar una vuelta en la moto? -preguntó acariciando una de mis mejillas-
No se... -le dije-
Luego te invito a desayunar -añadió él y asenti sonriendo- vamos
¿Tenemos que levantarnos? -le dije aún sin movernos-
Claro que si, vamos, levanta ese hermoso trasero o me voy sin ti -dijo sonriendo burlón y levantándose para empezar a ponerse los zapatos- te espero abajo, ¿al menos que prefieras que me quede?
Mejor espera abajo, cariño -le dije sonriendo, besó mi mano y se fue a abajo. Me cambié de ropa, me peine y fui abajo junto a él- ya estoy, vamos
Vale, pero ponte esto antes -dijo Rafe, se quitó uno de sus anillos y me lo puso en uno de mis dedos, sonreí aun más y luego nos fuimos-