Lágrimas recorrían mis mejillas mientras su pálido cuerpo se hallaba en mis brazos. No me importaba que estuviera empapado y que me estuviera mojando. Sólo quería volver a escuchar su respiración
Reggie... -solloze abrazandolo más. No me importaba que alguna criatura rara apareciera en medio de la noche en el lago. Sólo me centraba en él- vamos, Regulus. Por favor, no me dejes, no me dejes, no me dejes... ¡AYUDA! -grité pero nadie aparecía o eso pensaba. Seguía tratando de que despertará hasta que escuché pasos. Levanté la cabeza aún llorando y mi corazón se partió aún más al ver la cara de los cuatro chicos-
Reggie, hermanito, despierta. Vamos -dijo Sirius arrodillandose a mi lado y con los ojos cristalizados. No quería soltarle mientras Sirius trataba de reanimarlo-
¿P-pero que ha pasado? -dijo James con la voz entrecortada tirándose a mi lado y apartando el oscuro pelo de Reggie de su cara-
N-no lo se. Estaba paseando por aquí hasta que le encontré -les dije mientras mi labio temblaba y todo mi cuerpo también, de frío y de miedo-
¡NO! No puede morir. Vamos, Regulus. ¡Despierta! -chilló Sirius aporreando su pecho. Lloré aún más cuando Regulus no se movió nada y me quedé callada cuando James gritaba maldiciones-
No pude salvarle... ya era tarde.... lo siento -les dije susurrando y abrazando a Regulus-
Voy a por Dumbledore -tartamudeó Peter y se fue corriendo-
Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento -sollozé aún más-
Sh.... no es tu culpa -murmuró Remus poniéndose de rodillas al lado de nosotros. Miré a Sirius y nuestras miradas rotas chocaron. Quité uno de mis brazos de Reggie y le abracé tanto como pude. James se unió al abrazo y luego Remus. Nos quedamos allí abrazados entre lágrimas y así acabamos los 4 en mitad de la noche junto a un lago, un muerto y Dumbledore, Minnie y Peter mirándonos sin saber que hacer o decir-