Jack Ross

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La verdad es que hoy no estaba de humor y además estaba de bajón así que en vez de hacer algo productivo decidí quedarme tirada en el sillón con todos los cojines encima mío y oculta entre las mantas junto a Sue la cual comía en una esquina del sillón
Chica gótica, ¿has visto a Sam? -escuché la voz de mi novio. Ni me moví-
Es el cadáver que ves entre los cojines -dijo Sue. Maldita traicionera. Jack rió y tiró de mis piernas para luego sonreírme -
Hola, no te había visto -me hice la inocente sonriendo-
Claramente  debajo de esa cueva -me dijo él estirando sus manos. Las entrelace con las de él como si fuera lo más difícil del mundo-
Hoy no quiero hacer nada -le dije haciendo un pucherito-
¿Te encuentras bien? -me dijo aún jugando con nuestras manos-
,  no, no se. No me siento bien -le dije encogiendome de hombros-
Ven aquí, anda. Confía en mi -me dijo Jack tratandome de levantarme. Rió cuando no me moví- vamos a mi habitación, venga
Está muy lejos -dije. Soy un poquito dramática-
Mira que eres vaga, Bertram -rió él. Reí yo también y sonreí un poco cuando me cargó en brazos y llegamos a su habitación. Me dejó en la cama y se volvió a ir. Aproveché para llorar un poco ya que eso aveces me hacía encontrarme mejor- eh, eh, Sam, no llores, cariño. ¿Qué te pasa? ¿Quieres hablar de ello?
Hoy no, Jacky -sollocé. Apoyé mi cabeza en su hombro y lloré un rato mientras que él me abrazaba-
Sh... te prometo que todo estará bien. Tranquila, no estas sola en nada. Estoy contigo -murmuró. Asenti mientras que él limpiaba mis lágrimas y me abracé más a él- ¿que tal si te despejas con una ducha mientras que yo preparo algo de comer?
Vale -murmure. Él besó una lágrima que caía en mi mejilla, luego besó mi frente y luego mis labios haciéndome sonreír un poco-
Te quiero -me susurró. Le di otro beso y él se fue. Entré al baño y me despeje mientras que el agua templada me relajaba, después me puse la ropa interior y una sudadera de Jack junto a unos pantalones grandes de chándal y luego me senté entre las piernas de Jack. Él empezó a secar mi pelo con la toalla y luego besó mi cuello para después apoyar mi espalda en su pecho y sonreirme- ¿mejor?
Sí, gracias. ¡Bollitos! -chille al verlos. Jack rió y empecé a compartir mi dulce con él mientras que veíamos una de nuestras películas favoritas- no me dejes, Jack
No te dejaré sola nunca, Sam -murmuró él aún con la mirada en la pantalla. Besó mi pelo y le abracé para seguir viendo la pantalla hasta dormirnos-

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