¡JASPER! -le volví a llamar tendida en su cama muriendome de hambre-
Ya voy, ya voy -dijo Jasper aún buscando algo en el armario-
Me estoy desnutriendo -le dije. Soy un poco dramática-
Verónica, cariño, ya vamos. Sólo espera un segundo, ¿si? -me dijo poniéndose la chaqueta y viniendo hacia mi-
¿Me llevas en brazos? -le dije como si tuviera 3 y no 19 años-
Ven aquí, anda -me dijo y me cargó en brazos. Al par de segundos ya estábamos en un restaurante y yo comía felizmente- ¿mejor?
Mucho, pero no me vuelvas a dejar sin comida -dije o más bien advertí-
Sí, señorita -me dijo sonriendo. ¿Habéis visto su sonrisa? Es hermosa-
Voy al baño. Ya vuelvo -le dije. Le besé y luego me fui al baño. Al salir del restaurante sonreí al ver a Jasper esperándome fuera mirando hacia las montañas. Me tiré a su espalda y abrace sus hombros-
¿Todo listo? -me preguntó el rubio-
Sí. ¿Vamos por ahí? Quiero pasear -le pregunté mientras él empezaba a caminar conmigo en su espalda-
Como la niña deseé -me sonrió Jasper. Besé su mejilla y nos pusimos a pasear por todo el bosque mientras que hablábamos hasta que me quedé domina en su hombro-