Reí a carcajadas al verle con el ceño fruncido comiéndose una hamburguesa en la mesa que estábamos antes los dos
Vamos, Luke. Divierte un poco -dije aún moviendome al ritmo de la canción. Pasaría vergüenza si el restaurante no estuviera casi vacío y si no fuera de la familia-
Estoy bien aquí, ¿no lo ves? -dijo él. Un cabezota total, lo sé-
Por favor, Luke. Vida solo hay una. Vamos, por favor, Luke. Hazlo por mi -le dije aún bailando. Me rendí cuando se me quedó mirando y volví a bailar por los pasillos. Sonreí al sentir su mano entrelazada con la mía y como me daba un giro. Le sonreí aún más y seguimos bailando una de nuestras canciones favoritas. Al cabo de un tiempo nos volvimos a sentar y nos pasamos varias horas allí hablando y comiendo aunque él, algunas veces, se iba a fumar fuera. Más a la noche estábamos los dos paseando por tranquilamente. Yo tenía mi brazo por su cintura y mi cabeza apoyada en su pecho mientras caminábamos y él tenía su brazo por mis hombros. Al llegar al Boulevard de los sueños rotos nos quedamos besandonos y hablando mientras que el amanecer salía y cuando no pude más me acurruqué a su lado haciéndome un ovillo y cerré los ojos-
Gracias por no dejarme -me susurró. Levanté la cabeza un poco y le besé-