Se le notaba algo estresante con tantos papeles y tantas cosas así que ahí estaba yo, de pie detrás de su silla haciéndole un masaje en los hombros. Sonreí cuando echó su cabeza para atrás y me sonrió mínimamente
¿Qué tal si terminas eso y nos vamos ya a casa? ¿O tienes algún asunto de chuchos pulgosos? -le dije mientras sonreía divertida-
Por ahora no. Termino esto y ya voy a casa, ¿si? -accedió él. Le di un corto beso pero justo se escuchó una risa--
Sí, ya nos hemos enterado de lo mucho que os queréis y blah blah blah -dijo Rico haciéndome reír-
Awww, lo dices porque estas solo, ¿no? No llores más, ven aquí -me burlé yendo hacia él y abrazandole-
Ya entiendo porque sois pareja. Papi, si quieres puedes irte antes con esta cosa -rió Rico señalandome. Puse mi mejor cara de ofendida y luego reí-
Esta bien. No te olvides de cerrar -dijo Gordo levantándose y yendo hacia mi. Nos fuimos a casa entre empujones, risas y besos para después llegar a casa y pues pasar un buen rato juntos-
