Estaba sentada en su espalda con las piernas a los lados de su cuerpo mientras masajeaba sus hombros mientras él dormía tranquilamente boca abajo. Pasadas un par de horas de acariciar su espalda, revisar la hora para no llegar tarde al partido y estar un rato acostada encima de él, decidí que debería ir preparándose para el partido. Empecé a besar sus hombros y luego su mejilla hasta que vi su sonrisa
Hola -susurre sonriendo. Le di un último beso en el hombro y luego me volví a quedar sentada-
Me encanta cuando me despiertas así -murmuró él con su voz de recién levantado. Sonreí aún más-
Me alegro de que estés de tan buen humor porque en una hora tienes un partido de lacrosse que ganar -dije divertida-
Lo sé. Lo ganaré por ti -murmuró Brett. Besé su mejilla y le volví a abrazar por la espalda-
Vale, te voy a ir preparando algo de comer en lo que te despiertas y te duchas, ¿si? -le susurre pero no me dejó levantarme-
¿No quieres ducharte conmigo? -hizo un puchero Brett. Sonreí divertida y le volví a mirar-
Sí, pero no quiero que llegues tarde, ¿vale? Venga, vamos, cariño -le dije. Le di un corto beso y me fui a la cocina a cortar unas rodajas de pan, ponerle tomate y jamón serrano por encima, un poco en el horno y luego lo saqué para ir hacia la mesa y dejarle el plato allí. Mientras él se ponía el desodorante y la camisa yo me peinaba un poco y me cambiaba-
Gracias, Leila -me dijo, besó mi mejilla y se puso a comer. Terminé de arreglarme y después de agarrar lo que necesitábamos nos fuimos al partido. Me senté en una de las gradas y estuve animando a su equipo con una sonrisa orgullosa. Me sonroje cuando me dedicó un punto y le sonreí aún más. Aplaudi como una loca cuando ellos ganaron, fui al campo y Brett me besó como victoria-