Notaba mis manos temblar, el pecho oprimirse, el sudor en la frente y las las lágrimas por las mejillas. Todo estaba colapsado, la vista borrosa y cada vez la garganta se me cerraba más hasta que sentí como él se sentaba frente a mi y entrelazaba nuestras manos
Tranquila, Lexie -me susurró acariciando mis nudillos- tranquila. Respira conmigo, ¿si? Uno y dos. Uno y dos. Muy bien, no pasa nada
No puedo...-susurre pero él asintió antes de terminar la frase-
Lo se. Venga, vamos a quedarnos aquí hasta que estés mejor. No necesitas decir nada si no quieres. Pero me quedaré aquí contigo -me sonrió Remus. Empecé a jugar con sus manos mientras que me concentraba en respirar y en escuchar una de sus anécdotas con los chicos. Al cabo de media hora ya estaba mejor después de, literalmente, vomitarlo todo. Me quedé en el suelo del baño mientras que Remus estaba abrazandome y yo descansaba mi cabeza en su pecho- ¿mejor?
Sí, gracias, Rem -le sonreí-
¿Todo bien por ahí, lunático? -se escuchó en eco la voz de James-
Ya salimos -contestó él. Nos quedamos unos minutos abrazados mientras besaba mi pelo- ¿estás lista?
Creo que si -afirmé-
Bien, te espero fuera, ¿si? -me sonrió justo después de levantarnos-
No, por favor. No me dejes sola -le dije sin soltar su mano-
Está bien, tranquila, estoy aquí -me susurró Remus. Me esperó en los lavabos mientras que yo tiraba de la cadena y luego me lave la cara- muy bien. ¿Estás bien?
Sí, luego hablamos de esto, ¿si? -le dije sonriendo minimamente. Le di la mano y los dos salimos viendo a los otros tres haciendo el tonto en uno de los bancos hasta que nos vieron y fueron hacia nosotros. Se quedaron mirándome y luego a Remus y sus expresiones cambiaron-
Bueno, ¿han escuchado la nueva canción? -cambió de tema Sirius. Se lo agradezco. Empezamos a hablar y a discutir y en ningún momento me separé de ellos. Cuando llegó la noche, James tenía la cabeza en mis piernas y estaba dormido mientras acariciaba su pelo, Peter dormido en la litera de arriba y Sirius dormido en la cama de abajo con los cascos puestos pero aún durmiendo. Remus estaba sentado en el suelo en frente de la cama donde estaba mirándome. Sabia que quería-
Esto -le dije. Me remangué y le enseñé ese horrible tatuaje tan tenebroso. Su cara cambió de color y mis ojos se volvieron a cristalizar- no quiero, Remus
Normal que te sientas así, cariño -dijo Remus- ya buscaremos una solución
También me preocupan ellos -dije mirando a los chicos- no van a confiar más en mi
Ya mañana se los explicarás. Lo entenderan, ahora deberías de dormir un poco -me susurró con una pequeña sonrisa-
Te quiero, Remus -le susurre cerrando los ojos para dormir-
Yo también te quiero, Lexie -me susurró-