Estaba enganchada como un mono a la espalda de mi novio mientras él recorría todo el centro comercial para llegar a nuestro trabajo
Esta noche podríamos ver una película en mi casa. ¿Te parece bien? -le pregunte mientras bajábamos por las escaleras-
Claro pero que no sea otra vez de romance, por favor -dramatizó Steve. Rodé los ojos pero aún con una sonrisa afirmé. Llegamos a la heladería y me bajó al suelo. Le coloqué bien ese sombrerito tan cutre y le di un pequeño beso-
Nos vemos luego. Saluda a los niños de mi parte si pasan por aquí -le dije. Él rodó los ojos y asintió para volver a besarme. Me fui a la tienda de ropa donde trabajaba y me puse a ayudar a las chicas con sus primeros tacones o maquillajes o también a recoger lo que dejaban mal colocado. Pasadas varias horas sonreí al ver a Steve por fuera del cristal con un helado y una sonrisa. Me despedí de mi otra compañera de trabajo y me fui de la tienda. Agarré el helado y luego le besé- ¿que tal todo?
Bien, listo para estar un rato con mi novia -me dijo Steve sonriendo. Le di otro beso y luego compartimos el helado hasta que llegamos al coche y lo tiramos. Al llegar a mi casa nos cambiamos de ropa y nos pusimos a ver una película abrazados en el sofá hasta que nos dormimos-