Estaba con mi cabeza en la pierna de Louis y mis pies encima de los muslos de Harry mientras que Louis jugaba con mi pelo y Harry me tiraba palomitas en la cara hasta que nos quedamos en silencio tras la confesión que dije
De verdad, me gusta mucho pero se porta como un zoquete -les dije frustrada. Ambos me miraron y suspiraron-
Siento decirte, cariño. Que si no te trata bien y te respeta, no es el indicado -me dijo Harry-
Y si es un zoquete ya nos encargaremos de darle una lección -dijo Louis llevándose una mirada de reproche por parte de mi otro padre-
Lo que quiere decir es que hay más chicos por todo el mundo. Ya encontrarás al correcto, mi niña. Ahora deberías de ir a dormir -me dijo Harry. Me senté y besé su mejilla para empezar a subir las escaleras. Después de acostarme la puerta se abrió y Louis se sentó en una esquina de mi cama-
No dejaremos que ningún idiota te haga daño. Lo prometo. Descansa, Madelaine -me susurró. Besó mi frente y se volvió a ir-