Bajé perezosamente las escaleras y sonreí al ver a todos los pelirrojos en el caos del desayuno. Molly repartiendo el bacon, Ron comiendo como un cerdo, George molestando a Bill, Charlie hablando con Ginny y Athur leyendo el periódico ajeno a todos los demás. Mi sonrisa se amplió al sentir sus brazos rodear mi cintura y apoyé mi espalda en su pecho para quedarnos los dos plantados en medio de las escaleras
¿Te he dicho lo mucho que me gusta verte con mis camisas? -me susurró acariciando su cuello con mi nariz-
Sí. Todos los días -reí y separé su cara de mi cuello ya que me hacía cosquillas-
No me esperaba este desprecio de tu parte -dramatizo mi novio. Rodé los ojos sonriendo y me puse de puntillas para besarle- si, esto me gusta más
Vamos, tonto. Tengo hambre - le dije bajando las escaleras con él sujetando mi cintura. Al llegar a la cocina todos nos miraron y George se río y se ahogó con el zumo-
Fred, hermano, tienes algo aquí -se burló su gemelo señalando su mejilla. Miré a Fred y limpié mi labial de su mejilla. Nos sentamos en la mesa y empecé a comer mientras Ginny y yo hablábamos. Más tarde estaba sentada en el suelo del salón haciéndole trenzas a Charlie mientras que él leía un libro. Sonreí al ver a Fred jugando con Ginny por la ventana. Me levanté y fui al marco de la puerta para verles a los dos. Fred le hacía cosquillas y ella reía. Empecé a correr cuando Fred se percató de mi presencia y cargué en brazos a Ginny mientras que salía corriendo. Reí cuando nos tiró al suelo y empezó a hacernos cosquillas. Al cabo de un par de minutos, Ginny estaba acostada encima de Fred, él tenía nuestras manos entrelazadas y nos pusimos a mirar las formas de las nubes. Lo que a ti te puede parecer un chico, a nosotros nos pude parecer un dragón extreñido-