Estaba enrrollada en la manta como un burrito con los pies al lado de su cara apoyados en la pared y mis brazos bajo la cabeza para verle mejor. Le miraba fijamente mientras él escribía algo en un papel y hacíamos una competición de quien se reía antes
Derek -le dije. Me ignoró- Derek Amargado Hale
¿Amargado? ¿Yo? Yo no soy amargado -dijo él. Sí, me reí en toda su cara y empezamos a burlarnos del uno al otro- ¿podemos ir a comprar comida?
Ya tenemos comida aquí -dijo Derek jugando con mis pies. Sonreí al ver lo mono que se veía-
No, yo quiero papitas, chocolate, chuches... Quiero hacer un maratón de pelis. Por favor -le dije haciendo un pucherito y sentándome en su regazo-
Esta bien. Venga, vamos, pero abrigate bien -me dijo Derek. Me bajó al suelo y me puso su cazadora para luego salir los dos a fuera. Fuimos a un 24 horas y compramos varias cosas para después volver entre risas a casa y empezar a ver películas de Disney-
Ya vuelvo -le susurre. Me levanté de la cama y reí al notar donde miraba- ¡no me mires el trasero!
No lo estoy haciendo -dijo el mentiroso. Negué aún riendo y luego fui al baño. Volví y me tiré encima de él haciéndonos reír para luego quedarme dormida con mi cabeza en su pecho-
Te quiero, amargado -le susurre dandole un pequeño beso-
No estoy amargado. Yo también te quiero -me dijo besando mi cabeza para luego poder dormir-