Capítulo 2

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   Había pasado una semana y Armando estaba desaparecido desde ese día de la reunión para eligir el nuevo presidente. Ni siquiera se quedó en su apartamento. Sólo Caldeirón sabía dónde estaba, pero fingia no saberlo. Marcela estaba desesperada. Se acercaba el último desfile de la gerencia de Roberto y esperaban que por su amor a Ecomoda Armando apareciera, lo cual efectivamente sucedió.

-Armando, me alegro que pusieras la cabeza en el lugar correcto y decidieras presentarte.

-No es lo que piensas, mamá. Vine como accionista, como miembro de la junta. No pude evitar venir.

-¿Y qué piensas hacer con tu vida?

-¡No sé, podría ser retomar mi carrera de ingeniero!

-¿Pero por qué no sigues siendo vicepresidente de Ecomoda? ¡Aquí está el tuyo también!

-¡Aún no lo sé, mamá! Puedo ser como María Beatriz o como ha sido Daniel. Puedo hacer otra cosa y recibir el cheque que me corresponde de Ecomoda.

-¡Si te alejas de Ecomoda, no serás más que un tonto!

-¡Gracias Papá!

-¡Nunca pensé que me avergonzaría tanto de ti! ¡No es más que un mocoso mimado y egocéntrico!

-¡No le hables así, Roberto!

-¡No importa, mamá! Papá quería que fuera como el brillante Daniel, ¡pero no lo soy!

Armado bajo la mirada de reproche de su padre, sale de la sala de reuniones, de donde ya se habían ido los Valencia. Marcela lo esperaba afuera.

-¿Puedo hablar contigo, mi amor?

-¡Di lo que quieres, Marcela!

-¿Estás enojado conmigo porque no te di mi voto?

-No, ¿cómo crees eso? -Le preguntó irónicamente.

-No subestimes mi inteligencia. ¿No comprendes que no podría apoyarte contra mi único hermano?

-Si entendo...

-Sé que propuse cambiar mi voto por el compromiso y fijar la fecha de nuestra boda, ¡pero fue un momento de desesperación!

-Sí, Marcela.

-Sabes que nos amamos y estamos juntos.

-Sabes lo que tu hermano va a hacer con Ecomoda, ¿no? Lo va a repartir entre las familias, venderá sus acciones, acabará con el trabajo de nuestros padres.

-Sabes que esto no es así. ¡Daniel no haría eso!

-¿Cómo puedes estar tan seguro?

-¡Me lo prometió!

-¡Ay ahí! Y yo lo creo¡ ¡Y Papá Noel vendrá a principios de este año a traerme un regalo!

-¡No se burle! ¡ También se lo prometió a Roberto, no traicionaría su confianza, es casi como un padre para él!

- Está bien, Marcela.

-¿Y que vas a hacer?

Unos periodistas chismosos de estas revistas de prensa amarilla no estaban para enterarse de la nueva colección, sino para saber cómo iba el noviazgo de Armando y Marcela. Armando no tenía ganas de responder nada en absoluto. Por cierto, que se escapó tanto como pudo y empezó a beber.

-¡Armando, no está bien beber tanto! – dijó Marcela, que lo seguia.

-¿Qué? ¿Me controlarás incluso en esto?

Daniel Valencia,  presidente de ECOMODADonde viven las historias. Descúbrelo ahora