Capítulo 38- ¿Qué haces aquí?

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                       A pesar de haber salido un par de noches con las modelos que le había regalado Daniel, la verdad es que Mário tenía muchas ganas de salir con Aura Maria, ya habían estado juntos una vez desde hacía tiempo y la mujer bastaba para volver loco a cualquiera, como decia Y las dos veces que coincidieron, por compromisos con las modelos, canceló, pero esta vez no se le iba escapar.

-Realmente vamos a salir hoy, Dr. papito?

-Tengo unas ganas locas de salir contigo. ¡Hoy no te me escapas!

-¿Y adónde vamos?

-¡Déjalo conmigo!

_______

Allí, Betty, que había visto clases de baile por televisión, ahora contaba los pasos para no pisar a Armando:

-1.2... 123.

- ¿Qué pasa, Betty? ¿Haciendo sus balances aquí también?

-¡No, ni más faltaba! ¡Ojojo! Estaba recordando los pasos que había dicho el muchacho de la televisión.

-Déjame llevarte.

Decidió relajarse, siempre se sentía tensa cuando iba a bailar con él. Cerró los ojos y se entregó a él para que la guiara. Funcionó con las lentitas, pero solo empazar uno más agitada que Betty dio un giro más largo y chocó con otra muchacha.

-Oh lo siento.

-Está bien.

Era Aura María. Por supuesto, las dos no se reconocieron cuando Betty asistió a la selección para la secretaria de Ecomoda.

-¡Soy un poco torpe!

-¡Aquí dan clases de baile para principiantes, querida! – dijó Aura María, mirándola de pies a cabeza. Le había molestado que esa chica fuera tan descuidada como para empujarla, pisarle los pies y mancharle los zapatos.

-Betty. – dijo Armando girando su cintura cuando estaba paralizado.

-¿Don Armando?

-¿Aura María?

-¿Todavia ustedes sí conocen? - preguntó Betty celosa.

-Aura María es recepcionista en mi empresa.

-No imaginé que vendría a estos lugares, don Armando. – dijó Aura María, disfrutando de la situación, Armando estaba blanco como el papel.

-Y no voy a venir, pero...

-¿No me presentas a tu amiga?

-Esta es Beatriz Pinzón, mi,,, mi,,,,

Beatriz podía imaginar la incomodidad que debía sentir al encontrar allí a alguien conocido.

- Encantado de conocerte, soy la secretaria de Don Armando.

-¿Secretaria?

-Sí, su asistente personal. Doctor, si necesita algo estoy lista.

Armando estaba desconcertado con la situación. No supo si negarlo o estar de acuerdo cuando Betty le dio la espalda, aún con las manos alrededor de su cintura.

En ese momento llegó Mário Caldeirón.

-¿Tigre?

Armando puso los ojos en blanco, no podía creer que con tantos lugares en la ciudad Mário estuviera allí.

¡Pero por supuesto! ¡Si fue él que me dijó para venir aqui, imbecil! ¿Y ahora? ¡Aura María también te vio!''

-Pero, ¿qué haces aquí, hermano, en un lugar como este? -Entonces Mário se dio cuenta de que estaba abrazado por la cintura con una mujer que estaba de espaldas. -¡Oh, sí, entonces esta és la muchacha esa!

Daniel Valencia,  presidente de ECOMODADonde viven las historias. Descúbrelo ahora