Capítulo 55-Creo que el trato está hecho

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Cuando llega a su casa, Margarita llama a la casa de Betty, había descubierto su número de teléfono, a través de la dirección.

-¿Hola?

-Hola señorita. ¿Podría hablar con Beatriz Pinzón?

-Mira, ¿quién quiere? – pregunta Julia, sabiendo ya quién llamaba a su hija.

-Dígale que es la Sra. Mendoza.

-Ah, ¿y que quieres con mi hija?

-Solo sería con ella.

-Mire, Srta. lo que quieras con mi hija, no puede dañar su amistad con tu hijo.

-Julia, ¿quién está al teléfono? Desactive la línea que están a punto de llamarme.

-¿Quién es, madre?

-¡ALLÁ! -dice Julia - Adiós, señora.

Pero Margarita no se rinde fácilmente y Hermes es quien contesta el teléfono.

-¿Pues no?

-¿Hola? ¿Con quien quieres hablar? Ah sí. -Hermes dijo que cuando se enteró de quién era, le dio el teléfono a Betty, aunque doña Júlia hizo una señal negativa.

-¿Hola? ¿Doña Margarita?

-Sí, llámeme señora Mendoza. Iré directo al grano. Supe de una fuente confiable que se alejó de mi hijo. ¡Muy bien! Creo que el trato está hecho.

-No se trata de negocios, doña Margarita, o señora Mendoza como usted prefiera.

-Saber. Pero no iré a tu casa. Encuéntrame en el café del Parque de la 93 y tendrás los pesos y dólares propuestos en efectivo.

-¡No, señora, és que no entiende!

-¿Quieres más?, no pensé que fueras tan ambicioso, pero tienes razón, mi hijo vale mucho. Habrá más, mi oferta final.

- Señora, eso no es todo. No iré...

-No pidas nada más. ¡Estaré allí a las 12! ¡Todo cierto!

Ella colga el teléfono.

-¿Qué pasa, niña? ¡Es blanca como el papel!

-ER, nada papái

-¿Hay algún problema con la Sra. Mendoza?

-No está todo bien.

Betty corre escaleras arriba Y Hermes habla con Julia

-Y no querías que la niña hablara con esta señora, ¿por qué? Estaba tan distinguida el día de la inauguración.

-¡Ay, Hermes!

Julia se tomó unos minutos y fue tras su hija.

-¿Que pasó? ¿Qué quería la madre de Armando?

-Oh Mamá, ella piensa que está cerrado. Que acepté alejarme de él por dinero y quiere reunirse conmigo para hacer el pago.

-Y es correcto? ¿aceptado?

-¡No! Me alejaré de él, pero no aceptaré ni un centavo.

-Pero ¿por qué vas a hacer eso?

-Te lo he explicado.

- Deberías hablar con él al respecto.

-No puedo poner al hijo contra la madre, él ya sufre mucho por no ser amado como debería por ellos. No quiero empeorar las cosas. Es más, Armando no va a sacar de la sociedad a Nicolás y padre, yo también soy socio de la empresa, si aceptas mi amistad, está bien, pero no tendremos nada más -llora- Ni amistad, porque será Me duele mucho estar a tu lado y ver como rehace tu vida.

-Rehazte así de fácil...

-¡Servirá!

-¡No debes irte ni hablar con la mujer esa ahí!

-¡No, yo le voy a dar la cara y decirte que no quiero ni un centavo de su plata!

-Pero te alejarás de él.

-Si quiere que sigamos siendo amigos como antes, pero aparte de eso no podemos tener nada.

Así que Betty se secó las lágrimas, separó la ropa y fue a ducharse para encontrarse con doña Margarita (ese conocido vestido negro, que era lo más chic que tenía)

- Hija, date un baño relajante, hablo con doña Eugenia y vuelvo enseguida.

- Está bien, mamá, pero no te demores. A esta gente no le gusta que la hagan esperar.

Escuchando el agua de la ducha.

-Si crees que me voy a quedar de brazos cruzados y ver a esta mujer destrozar la vida de mi hija y de este buen muchacho, Don Armando, ¡no voy! Bettica me dijo que no me entrometiera, pero esta señora lo hizo. ¡No me quedaré sin hacer nada!

Doña Júlia fue a la casa de doña Eugênia a hablar con Nicolás, aprovechando que Eugênia estaba en la panadería en ese momento.

-Ah pero que quieres con el jefe cabezón? ¿Betty no está en casa? Don Hermes también tiene el teléfono de él.

-Por favor, Nicolás es una emergencia. ¿Puedes llamarlo y darme su teléfono celular?

Nicolás llama al jefe, suspechando de algo.

-Hola, Nicolás, ¿qué quieres?

-¡Soy yo, Julia!

-¿Señorita Julia? ¿Algún problema con Betty o Hermes?

-Sí, un problema muy grande.

Doña Júlia se aleja con el celular de Nicolás para que no escuche y empieza a contar.

-¿Qué? ¿Cómo así que mi mamá habló con Betty?

-Lo siento, hijo mío, le dije que te lo dijera, pero se negó. Betty no quiere nada de ese dinero, no aceptará la propuesta. Pero quiere alejarse de ti porque no cree que merezca ser tu... amiga ni nada.

-Betty no entiende las cosas. ¡He intentado explicártelo!

-Es terca como su padre. Mira, ella ni siquiera podía saber que te estoy llamando, me pidió que no le dijera para no dañar aún más la relación con sus padres. Me hiciste prometer que no me involucraría, pero desde el momento en que tu señora madre se involucró en... tu amistad.

-Tenemos más que una amistad, doña Júlia.

- Ya me di cuenta de eso. Así que no creo que sea justo si realmente te gusta mi hija.

-Sí, Julia. ¡Voy hablar con mi mamá, ella no puede entrometerse en mí vida!

-Pero por favor, Bettica no puede saber que te lo dije.

-Haré lo posible. ¡Doña Julia! No dejaré que te alejes de mí.

-Gracias, hijo mío. Ellos se encontrarán.

-Es cerca de aquí. Está bien, estaré allí. Y muchas gracias.

-Sí mijo. ¡Dios te bendiga!


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Daniel Valencia,  presidente de ECOMODADonde viven las historias. Descúbrelo ahora