Capítulo 57 - ¿Quién es esta mujer?

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     Después de esa tarde de pasión enloquecedora, en la que Betty había decidido escuchar lo que él pensaba de lo que estaban pasando y sobre todo actuar como su corazón y su cuerpo le decían, los dos decidieron estar siempre juntos. Por supuesto, todavía no podían asumir nada, por lo que prefirieron enfrentarse a don Hermes, pero doña Júlia y hasta Nicolás sabían lo que pasaba, por lo que no podían escapar de las burlas de su amigo.


-Ahora entiendo muchas cosas.-¿Qué entiendes?-¡Que está enamorado de Betty y por eso no le interesan las demás!Este comentario de Nicolás, poco tiempo después de haber cerrado tratos con una bella empresaria que andaba como loca disparando en todas direcciones, tanto de Armando como de Nicolás, dejó a Armando sonrojado como pocas veces en su vida, no me lo imaginaba tan evidente, pero tampoco le importaba.-Fácil jefe, al menos no es ''raro''. -se ríe a su manera. -Sabes que Betty es como mi hermana.-Sí.-La quiero mucho y prometí cuidarla desde que éramos chiquitos y sabes que siempre lo hice. Me alegro de que ella lo quiera mucho.Armando sonríe.- Ha sufrido mucho por burlas y decepciones.-Sé de lo que estás hablando.-No quiero que vuelva a pasar. Si solo buscas nuevas experiencias, no la lastimes. ¡O te enfrentarás a Don Hermes y a mí!-¡No te preocupes Nicolás! No le haría daño a Bety, me gusta mucho. Y sí, estamos en algo, todavía no sabemos qué es, pero también somos muy buenos amigos y no le haría daño, se nota que tenemos algo muy especial, una complicidad, un cariño...Había dado mil razones por las que no tenía la intención de decepcionar más a Betty, y que sus intenciones eran buenas. Pero no habló de lo principal: que no podía decepcionarla, pues lo que sintió cuando se separaron por culpa de su madre le había hecho darse cuenta de que sentía algo más que especial por aquella pequeña. Si era amor, no podía decirlo, porque nunca había sentido algo así, pero si alguna vez fuera capaz de sentir algo así, eso sería lo que sentiría por Betty. Quería estar con ella todo el tiempo, dormir y despertar junto a ella después de hacer el amor hasta que se durmieran. ¿Y el deseo? Sentirla vibrar en sus brazos, ya sea como una presa fácil de tigre o como lo habían hecho la noche anterior cuando su picarona dio un paso al frente y tomó posesión de la situación, marcándolo como de ella. Bastaba verla para morir de deseo de poseerla hasta el agotamiento. Y ella, a pesar de ser tímida y reprimida, cuando estaba con él, estaba dispuesta a cualquier cosa, pareciendo tener la misma voluntad. Ella era la única mujer que lo entendía, que le había dado todo lo que quería, sin pedirle que se detuviera ni decirle que se distrajera con otra cosa. Y si lo hizo fue por alguna razón comercial o para provocarlo como bien sabes. Ya no necesitaban más excusas para verse o estar juntos, sabían que cuando uno llamaba al otro, era porque querían hablar y si querían amarse, solo era necesario que uno de los dos. para insinuarse, no necesitaban excusas ni cargos. Lo único que le molestaba a Armando era tener que llevar a Betty a la casa de sus padres cuando estaban acurrucados, sudorosos y dormidos. Cuando tendría que cruzar la fría ciudad para dejarla allí y volver a la cama ya helada de su habitación, mientras la olía en las sábanas. Quería que fuera un poco más libre y que pudieran pasar toda la noche juntos para siempre.Pero si fuera así, no tendría lo que la hace única. Eso de niña de familia, que ninguno de sus amantes y novias tenía de antés (a excepción de Marcela, pero la ex contaba con el apoyo de su madre adoptiva, casualmente también era su madre) y su madre seguía estando en contra de Betty. Todos estaban en contra, por un momento entendió por qué Betty se había alejado de él, creyendo que sería mejor, pero nunca podría ser mejor para él. ¿Como asi? Era un hombre que sabía lo que quería.-Sí, Montez, siéntate aquí. ¿La extrañas como yo? Su papá está enojado, no la deja salir por la noche y hasta me gusta, porque sé que cuando ella se escapa o inventa algo es solo por mí, pero ojalá ella estuviera aquí, que le pusiéramos comida, cenamos, nos duchamos y hacemos el amor hasta dormirnos para luego despertarnos y seguir amándonos. No me mires así, ¿crees que... siento algo fuerte por Betty? ¿Puedo estar enamorado? Todo lo que sé es que nunca me había sentido así y no podría estar sin ella.Si confesarle sus sentimientos a Montez, a Nicolás ya ella misma fue difícil, no lo fue para Betty. Su cuerpo, sus ojos, su boca, su corazón, todo decía lo que sentía cuando estaba rodeado de ella, temblando de desesperación y mirándola a los ojos y con su voz ronca le decía que la amaba. Betty sabía y sentía lo mismo. No había secretos entre ellos.Quiero decir, hubo uno, en relación con Ecomoda. Respecto a ese día del desfile, Ana Lúcia le había pedido que no hablara de lo que pasó con nadie ni de las investigaciones, ni que ella supiera que el Fashion Group estaba haciendo que Ecomoda usara su nombre, ni habló de Kenneth Johnson ni de Gabiela Garza. Había aceptado las condiciones, aunque sin entenderlas, mientras que Thompson lo puso al día. No entendía que no podía hablar con Betty ni con Màrio, su mujer y que había sido su hermano del alma toda su vida. Parecía que lo de la empresa de su familia se había convertido en una película policial, temía por sus empleados y sus padres, con quienes no hablaba desde ese día que encontró a su madre Betty en la cafetería del Parque. Todavía no podía creer lo que ella había hecho, queriendo separarlo de una persona que lo hacía sentir tan bien, que lo cuidaba y lo hacía madurar. ¿Por qué? ¿Por qué tanto clasismo? No sabía por qué se preocupaban tanto por Betty, cuando dejaron a Daniel al mando de la empresa y confiaron en ella. No dejaría que nadie la lastimara de nuevo.Hablando de Gabriela Garza, representante de Fashion en Latinoamérica:Después de ver una película en el Centro Comercial, Armando y Betty habían ido a la cafetería a tomar un café. Comentaban la película, los clichés, dónde habían visto a los actores. Armando vio como ella reía, lo feliz que estaba y su sonrisa era una invitación a besarla, no sabía cuanto resistiría sin hacerlo.- ¿Quieres algo más, Betty?-Creo que es suficiente. Sabes que no como mucho.-Tengo mucha hambre, pero prefiero que vayamos a casa y pidamos algo por teléfono, en medio de las sábanas calentitas junto a nuestros cuerpos en llamas, mientras te ríes en mis brazos como lo estás haciendo.-¡Qué cosas dices! - dijo Betty, roja.- Ya sabes cómo soy. ¿No te provoca? ¿Pido la cuenta entonces?Betty asintió con la cabeza.Armando ya se había levantado y le había besado la mano cuando escuchó una voz familiar.-Armando Mendoza, que sorpresa encontrarte!¿Con tantos lugares tenía que encontrarlo allí mismo? - piensa Armando-¡Oh, hola señorita Garza! ¿Como lo pasaste? dijo, tendiéndole la mano.Luego lo saludó con dos besos, uno a cada lado. Desde ese día en el desfile ya se habían reunido dos veces en la comisaría para caricias, acompañamiento, de modo que entre ellos, Armando, Kenneth y Gabriela, había surgido una cordialidad. Pero ese día, Kenneth no estaba y Betty, al mirar a aquella mujer alta y esbelta de ojos verdes como esmeraldas, sintió que le subían los celos. Por su parte, Garza estaba fascinada con ese hombre y ni siquiera se había dado cuenta de que estaba con él.-Es bueno conocerte, ya sabes, parece que las cosas van avanzando.-Oh er... y Kenneth?-Me quedé en el hotel. invitarme a sentarme?-En realidad, lo estaba, estábamos saliendo. Estaba a punto de pagar para ir. Esta es Betty, Beatriz.- Encantada de conocerte....-Encantado de conocerte, soy Gabriela Garza, una amiga.-Beatriz Pinzón Solano también soy "amiga" de Armando.Necesitaba decidir qué papel jugaría definitivamente Betty en su vida, proponerle que fueramn novios.Armando sonrió, Betty le había prometido que actuaría diferente y ahí se dejó intimidar por esta mujer. Cuando estaba por decir algo, Gabriela fue quien dijo:-Que pena que te vayas, sería genial tomar un café juntos para hablar y...-Sí, pero nosotros, Betty y yo, TENEMOS ASUNTOS MUY IMPORTANTES.-Entonces dejémoslo para otro día, cuando estés más libre.-Sí, ya veremos con Kenneth. ¡Adiós!Puso sus brazos alrededor de los hombros de Betty y se apartó.El camino al apartamento de Armando fue en completo silencio, Betty lo miraba, pero no tuvo el coraje de preguntar quién era esa chica y Armando quería hablar, pero le había prometido que no diría nada de lo sucedido. en el desfile-Armando, creo que es tarde, tal vez sea mejor que me dejes en casa.-Pero como Betty? Prometimos que estaríamos juntos y que después te llevaría a tu casa, ¿eh?-Yo sé, pero...-¿Qué te hizo cambiar de opinión? Lo sé, fue mi amigo el que encontré.-No sé lo que estás pensando, pero esta mujer y yo no tenemos nada.-Sé que no tienes nada que ver con ella, pero ella debe de ser así, sería como las demás, más atrevida.-¡En este caso, no tuve ni tendré nada con ella! -se acerca a él para besarla.-Quiero que nos quedemos juntos en mi departamento.-Está bien.Betty quiere dejar de lado sus inseguridades, pero sabe que es difícil, pero se alegra de que él haya elegido estar con ella y no con la muy bella mujer.-Pero, ¿quién es la mujer esa? - Pensó.En el apartamento, después de jugar con Montez, acariciar, tocar música. Armando comenzó a besarla y también sintió que ella se rendía.- Sabes, quiero escuchar esa risa.-Ah mi risa de ganso constipado.-No, és muy muy sexy.-Ay doctor, solo usted para decirme.Hazles cosquillas para hacerla reír.-Por favor no. Me río, pero dime algo.Los dos continúan besándose y desvistiéndose.Después de hacer el amor, Armando cumple su promesa de pedir algo de comer, ya que siempre piensa que Betty no come bien.-¿Y te toca a ti cuidarme?-Sé que cuando llegues a casa, irás directo a tu habitación y no comerás, ¡así que déjame restaurar la energía que te quité! -Beso.Mientras cena, Betty recuerda a la mujer.-Armando, er... ¿puedo hacerte otra pregunta? Bueno, esta ya es una! Ojojo.-¡Cuchillo!-Esa mujer que encontramos.-¿Gabriela Garza?-Sí. Bajó la cabeza. –Pero, ¡que tonta soy!-¿Tiene celos?-¡Te dije que es una tontería! Son solo amigos y...- ¡Pues ni eso! La conocí estos días. ¡La señorita Gabriela Garza es, es... una ejecutiva del Fashion Group! ¡Es eso! Ella es una de las representantes en América Latina, al igual que Kenneth Johnson, quien no estuvo con ella.-¿La empresa que se asoció con Ecomoda?-¡Eh, eso es todo!-Oh, entonces, ¿quién asistió? Estaba preocupada porque no venían, ¿por qué no me dijiste?,-Er, fue en el desfile que los conocí y en el momento en que nos separamos, así que terminé olvidándome y...Ella tomó su rostro y le dio un beso.-Lo siento, no es normal que me sienta así. Pero es tan bonita y elegante y sentí miedo, ¿sabes?-Miedo, ¿por qué?-Tengo miedo de perderte, eres muy especial para mí.-Y no te imaginas cuánto es para mí. -Él la presiona contra él. -Sabes que después de que nos juntamos, no he estado con ninguna mujer. Para que tú, señorita, mi bela genio es una hechicera.-Solo te hago el amor -beso. Lo amo tanto.-¡Ven aquí!Por mucho que quiera esquivarlo, Betty no puede resistirse a que su hombre la cuide.Después de llevar a Betty a casa, Amando se siente culpable, ya que no quería esconderse de Betty sobre las investigaciones, pero Thompson la había convencido de que era importante que nadie lo supiera, por la seguridad de las investigaciones y de los involucrados.



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Daniel Valencia,  presidente de ECOMODADonde viven las historias. Descúbrelo ahora